Entrevistas

ENTREVISTA A DANIEL SANTORO [SEGUNDA PARTE]

El choripán es misericordia, es pan misericordioso

Por María Perossa

Ultima parte de la entrevista de María Perossa a Daniel Santoro. El peronismo entre la misericordia y la severidad. El gigante descamisado viene por lo que le pertenece. La emboscadura del conurbano. Los fantasmas del goce. Se goza de odiar a Cristina. Xul Solar y Antonio Berni.

EL PERONISMO ES NUESTRO GRAN RELATO HISTÓRICO

MARÍA: Aunque no sos un artista militante —pese a que tenés una filiación política que declarás abiertamente— mucha gente se confunde y cree que porque pintás a Evita sos un artista militante, o sea que tu arte está dependiendo de la política. Yo considero que, a la inversa, vos sos un artista genuino que tiene una idea y que la expresas a través de tu arte. En tu obra has hecho un entrecruzamiento de la filosofía, el reconocimiento a muchos artistas plásticos argentinos —una especie de homenajes—, has usado el humor para introducir en los cuadros algunos personajes parte de esa oligarquía que le puso trabas a lo popular. Y con muchísimo ingenio has hecho cosas maravillosas. Dentro de todos estos cruces, me gustaría preguntarte por Evita.

SANTORO: Es una especie de modelo. Evita lo que me da es argumentos. Yo no hago retratos de Eva Perón —nunca se parece demasiado, es un indicativo de que es Evita, con el rodete que me salva para la representación. No tengo empeño en el retrato pero sí en el contexto. Me sirve como un disparador de ideas. Eva Perón es un ícono polisémico, significa muchas cosas: la madre primordial; la heroína; hay un aspecto sacrificial, el cuerpo que se sacrifica. Hay algo crístico, Eva Perón es Cristo y la virgen María al mismo tiempo. Es emblema de las dos cosas, el sacrificio de Cristo crucificado y al mismo tiempo es la madre intercesora ante el Dios. Esos son íconos religiosos que transmigran a los usos políticos. Está también el hada buena, todas las formas de Eva Perón transportadas a los íconos universales. A mí me interesa Aby Warburg, el fundador de la iconología. Leyéndolo, entendí algunas cosas, las ninfas, los cultos a la fertilidad, la diosa Demeter. Eva Perón es también una diosa de la fertilidad. Todas estas cosas la historia del arte las asume. La tractorista rusa de Stalin es también culto a la fertilidad.

 

Shurpin – Primer surco de Pasha Angelina –  1930

 

Mi cruce es la historia del arte, sobre todo los primitivos italianos, Masaccio, Giotto, los grandes escenógrafos, los primeros que construyen el cuadro como un escenario donde hay personajes. Levantan las paredes de una ciudad, pensemos en Giotto, espacios cúbicos muy sencillos. Esa esencialidad después la toma De Chirico, una deriva italiana de esa escuela. Me interesa Balthus, que es otro pintor que tomo como referencia. Ando metido por ahí, para mí la pintura es un escenario donde suceden cosas y por lo tanto hay personajes.

 

Giotto
     De Chirico      
    Balthus

 

El personaje de Eva Perón es muy interesante en ese sentido porque es novedoso, multifacético y la postura política me interesa. Entonces cierra por todos lados. Yo tomo el peronismo como un relato histórico —alguna vez escribió sobre ello Guillermo Saccomanno—, el peronismo es nuestro gran relato histórico como La Ilíada, La Odisea. En el peronismo están todos esos personajes perversos, personajes maravillosos, hadas. Ese relato alimenta el imaginario. Los pintores tenían dos formas de expresar su arte —estamos hablando del Barroco, sobre todo—: o estaban tomados por la dimensión religiosa, la vida de Cristo, la vida de la Virgen, la historia de la cruz; y, si no, después del Renacimiento empezaron a aparecer las cuestiones mitológicas, o sea los relatos históricos tomados de la cosmogonía griega. Esa deriva produce una nueva significación en el arte, que se libera de los temas religiosos y puede apelar a distintas cuestiones que no tiene que ver con un canon tan rígido. Ese grado de libertad yo lo obtengo en el peronismo, uso el peronismo como ese argumento para llenar el escenario. La obra que está en el escenario de mis cuadros siempre tiene que ver con una historia del peronismo en todas sus facetas. Pero no es celebratorio. Y ahí es donde está el quilombo, que algunos compañeros se ofenden. Nunca es celebratorio, no tiene que ver con un deber ser —otra vez el tema del stalinismo—, no hay un sujeto histórico que tiene que ser representado de manera heroica porque es el que hace la revolución, ¡no me interesa en los más mínimo!

 

Daniel Santoro – Invierno en la Ciudad infantil 2 – 2004

 

Daniel Santoro  – La flagelación; pegan a un niño en el barrio Los Perales – 2011

 

LA EMBOSCADURA PERONISTA

Casi siempre sucede, que lo denominamos el sujeto histórico termina siendo un juguete de la historia. Y se lo pinta miserablemente, sin dignidad y con todas sus miserias, que es más interesante, ese lugar un poco oscuro. Me gustan los bosques también, el escenario a veces es un bosque, porque en el bosque hay todas estas oscuridades, los monstruos. La producción de monstruos está dentro del bosque. El bosque tiene esa cosa que se ve y se oculta al mismo tiempo. El tronco de los árboles es un lugar interesante porque detrás siempre hay un monstruo, la idea de un monstruo. Con el bosque siempre uno está pintando y no pintando, se ve y se deja de ver. Cuando hay una esquina de una pared y hay algo detrás, hay una luz que sale, detrás están los monstruos también. Digo monstruos porque está el peligro, está la paranoia, si hay algo que no se ve, ¿por qué no se ve? Está la acechanza. El bosque es un lugar de acechanza. En la ciudad está la claridad, está la luz, la razón, la justicia, el rey, la ley y el orden. En el bosque está el desorden, la acechanza, lo oscuro. Pinto mucho la relación entre ciudad y bosque. El peronismo está emboscado, en gran medida siempre está emboscado. “La vuelta del malón” es eso, es el bosque alrededor de la ciudad. Ese cuadro famoso en que están los salvajes, los indios, los pueblos originarios, la amenaza. Hay una amenaza en torno a la ciudad civilizada. Eso lo vemos ahora, está siempre presente, los conurbanos bonaerenses. Los que se sienten dueños de la cultura están en el centro de la ciudad, y alrededor está la amenaza, el bosque; el bosque es el conurbano de todas las ciudades. En ese bosque, en general está el peronismo acechando. El peronismo está en la ciudad y al mismo tiempo acecha por el bosque. Es una doble condición. El peronismo como salvaje, ese gordo choriplanero, es parte del bosque. Eso me gusta, me gusta pintar ahí. El peronismo no está claro, nunca hay nada claro en el peronismo, esa es su garantía de sobrevida. Y esto es porque no está civilizado plenamente. No está totalmente en la luz. Por eso, cuando algunos compañeros progresistas quieren echar luz en el peronismo, no lo logran; el peronismo necesita también la emboscadura. Eso quiere decir que no lo van a dominar, que no es parte del sistema. Siempre el reclamo es que forme parte del sistema, que deje el bosque y que venga plenamente a la luz, que haga el ajuste. Mantengamos los troncos detrás de los cuales nos podamos esconder de las impiedades de esa luz terrible con la cual nos quieren alumbrar, que es la luz del poder.

 

Daniel Santoro – Victoria Ocampo observa la vuelta del malón – 2011

 

EL GIGANTE DESCAMISADO VIENE POR SU PARTE DE GOCE

MARÍA: Hablemos de ese Descamisado que se torna una figura monumental; como se pintaban los faraones, a falta de perspectiva la monumentalidad que muestra al personaje de mayor jerarquía.

SANTORO: El Descamisado fue una idea que me surgió porque Ferraresi me llamó para hacer algo, un emblema en la entrada de Avellaneda. La idea es mía. Alejandro Marmo con “Arte en las Fábricas” lo llevaron adelante. Está hecho con restos de metal, una construcción que está puesta en el lugar donde se supone que cruzaron, a cincuenta metros del puente, el peronismo que acecha, en el momento que cruza. El gigante es una encarnación de las injusticias, son los cuerpos encarnados en un cuerpo gigantesco. Y está llevando a Eva Perón. Hay varias citas ahí, una de ellas es el San Cristóbal. San Cristóbal era un gigante, medio mitológico, que no se sabe exactamente si existió. Es el que lleva a Cristo. Era un gigante que hacía un servicio de flete en el rio Jordán. Como era grandote, descomunal, cruzaba a pie el río Jordán que no era tan profundo, entonces a babucha llevaba a la gente. Un día cruza a un chiquito de cuatro o cinco años y cuando estaba en la mitad del río casi se hunde porque el peso de ese chico era descomunal. Ahí se da cuenta que estaba llevando a Cristo y surge el mito de san Cristóbal.

 

El Coloso de Avellaneda – 2013

 

MARIA: Que se retoma en la época del Renacimiento

SANTORO: Exactamente. Y hay un famoso cuadro del traslado del cuerpo de San Marcos que está también tomado de San Cristóbal, es el cuerpo de un gigante —que yo lo use eso también en algunas pinturas—.

 

Tintoretto – La traslación del cuerpo de San Marcos – 1562-1566

 

Daniel Santoro – Junio de 1955 – 2018

 

Ese tema del gigante que cruza el río yo lo tengo con la mamá de Juanito Laguna, que la tiene al hombro, en vez de Cristo tiene a la mamá de Juanito Laguna, que es el ascenso social. O sea, este hombre viene desde la emboscadura y viene a compartir el goce capitalista, viene por su parte de goce. Lo que es una mala noticia para la ciudad blanca, que nunca quiere compartir el goce. Él viene por lo suyo. Y es un gigante, es un  peligro.  Es una metáfora muy potente. Entonces en Avellaneda está ese gigante que trae el retrato de Eva Perón, como que el peronismo está siempre entrando en la ciudad, y se renueva esa penetración tan temida. Hoy en día está muy trabajado eso, es como un fantasma, un fantasma social. Desde el punto de vista del psicoanálisis es muy interesante el miedo que produce esa irrupción.

 

Daniel Santoro – Escolástica peronista ilustrada – 2014

 

SE GOZA DE ODIAR A CRISTINA

MARÍA: Me quedé pensando cómo trabajaron ese tema del goce de los descamisados, los que vienen del bosque a la ciudad blanca y como la sociedad reaccionó con esa situación, el no querer compartir ese espacio.

SANTORO: Se sienten violentados, lo sienten como una violencia inaceptable. El mero reclamo, el estamos acá, queremos una parte, nos corresponde una parte. Entonces inventan las cuestiones esas como la meritocracia, que es insostenible, ¿cómo pueden hablar de meritocracia si no hay igualdad de oportunidades? Si no está en acto una real igualdad de oportunidades nadie puede decir nada sobre la meritocracia. Estamos hablando de los que heredan, por ejemplo.

MARIA: Una cosa que me sorprendió para mal es que las personas que se sentían incomodadas por compartir ese espacio son personas que venían de un mismo origen. Mi familia, de clase media trabajadora que siempre aspiró a que sus hijos pudiesen estudiar, llegar a una profesión —uno aspira a que sus hijos puedan vivir mejor que uno—, que se horroricen de compartir el mismo avión en un viaje a Europa. Miro a mis colegas, que vienen del mismo lugar que yo y con las que deje de discutir porque las palabras rebotan como en las paredes. ¿Se olvidan de dónde vienen? Vienen del mismo lugar de donde vengo yo y del que vienen estas personas. Somos todos iguales ¿Qué les molesta? Es incomprensible. El gobierno anterior hizo un gran usufructo de esa cuestión que estaba tapada y supo explotarla al máximo. Sacó lo peor del ser humano a la luz.

SANTORO: Esa es una de las cuestiones sobre la que trabaja mucho la publicidad. Tiene que ver con la producción de fantasmas que tiene el peronismo. El fantasma en el sentido de que es algo que no existe realmente pero que uno lo ve. Simplemente una estructura de pensamientos que te permite lidiar con la realidad. Como vos contás de tus colegas, que vos les decías que todas venimos del mismo lugar y sin embargo ellas no están viendo eso de la manera en que vos querés que lo vean, porque ellas tienen delante una estructura fantasmal. Un fantasma es como una especie de velo, sería como una pantalla protectora, uno ve la película que quiere pero no la pared que está detrás, que sería la dura realidad. Pero por suerte hay un velo donde se proyecta una película. Eso es el fantasma, cada uno ve su película. No quieren ver la pared, porque vos les mostraste la pared cruda, quieren ver una película. Cada uno ve su fantasma. Por ejemplo, el peronismo produce fantasmas de exceso de goce. En esto estoy hablando un poco de psicoanálisis lacaniano, una versión mía, pido perdón. Lacan dice “ustedes no gozan más que de sus fantasmas”; lo que produce goce no es mirar una pared sino mirar una pantalla con una proyección. No una pared, que sería esa realidad que te confronta con tu existencia. La pared te recuerda que te vas a morir y nadie quiere eso. Entonces te haces una pantalla y usas tu fantasma para evitar confrontar con esa realidad, ese agujero de la realidad, esa pared terrible. Entonces, el peronismo produce fantasmas de exceso de goce: el choriplanero, el negro que goza demasiado, el gordo de la CGT, el que tiene hijos, coge demasiado y tiene muchos hijos y recibe dádivas del Estado. 

 

Daniel Santoro – Centauro descamisado emboscado II – 2011

 

Y eso hace felices a tus colegas, son felices cuando se sientan a gozar de los fantasmas, cuando dicen: —“¿viste el negro ese?”. Ahora, si venís vos a recordarles que hay una pared, a decirles: —No, dejen de ver la película que es una pelotudez, lo que hay es una pared realmente. Pero no quieren eso, quieren gozar de los fantasmas. Se goza de odiar a Cristina, por ejemplo, se sientan en un bar y odian a Cristina. Y eso es un goce fenomenal, es una película del carajo: “Se afano 4 PBI”, “se cogió a medio gabinete”. Todo es exceso. Yo me acuerdo, cuando se decía que se había cogido no sé a cuantos. Era tremenda, de un apetito sexual desmesurado. Entonces, ese apetito sexual, que en realidad es discursividad, es envidia, —porque se le tiene mucha envidia por la forma en que habla y demás— se traslada a goces perversos. Ese goce de la palabra que tiene Cristina. Además, como no lo modera, lo muestra obscenamente, se traslada a hechos obscenos. La producción de fantasmas de Cristina es monumental, por eso el odio funciona tanto con ella. Es capaz de juntar 5000 autos en Barrio Norte solo para odiarla, es una ceremonia colectiva que se hace en Barrio Norte que es “salimos a la calle y odiamos a Cristina”. El otro día salí acá por el barrio y me encuentro con una amiga que es galerista, muy gorila, así de familia de la oligarquía. Hablando así de cualquier cosa —es una mina muy amable, muy querible—, me cuenta que está haciendo un curso de astrología. Entonces me pregunta de qué signo soy:

—Soy de Acuario, —y para ponerle picante le digo— soy de Acuario y Serpiente en el horóscopo chino, como Cristina. 

Entonces se pone seria y me dice: 

—Pero eso no es verdad. 

— ¿Qué no es verdad? 

—Que Cristina sea de Acuario no es verdad. 

— ¿Cómo no es verdad, si ella me lo dijo? 

—No, no, eso es mentira. Ella se hace de Acuario, se cambió la fecha de nacimiento para ser de Acuario.

Porque en Acuario se detecta un exceso de goce. Ser de Acuario es mejor para un dirigente, ¿viste? La era de Acuario, está más acomodada a los tiempos. Y no la dejan ser de Acuario, le cuestionan que se cambió la fecha tres o cuatro días para ser de Acuario, para gozar en exceso. ¡Hasta ahí hay un exceso de goce que no se le perdona! Esas son las cosas que hablan en las confiterías de Barrio Norte, que alimentan ese fantasma gozante, se goza con ese tipo de cosas. ¿Te imaginas si Cristina fuera una mina común, que habla bien, que tiene un discurso bienintencionado, que ganó un dinero y demás? Sería una catástrofe, no habría goce, se cae la pantalla y ves la pared. Y eso no te lo podes permitir.

Hay dos vías fantasmales, porque esta es una, la del exceso de goce: el gordo arruinado, la grasa, la grasa militante ¿viste todo lo que dicen, no? Tiene que ver con grasitud y exceso. El otro lado es la abstención del goce, el cuerpo revolucionario, el cuerpo joven. Ahí está Eva Perón, de nuevo, que se inmola; el guerrillero, el comunista. Ahí está Axel, la cría, la cría de Cristina. Es el fantasma de la restricción del goce. Fijate que Axel te quita cosas. Axel es comunista. Te va a quitar la casa, te va a cobrar impuestos, te restringe el goce. Axel no te deja gozar. Es el otro fantasma, el fantasma comunista, que usa Pichetto. O sea, son dos vías fantasmales, las dos producen goce en el otro, que las percibe. Estar viendo esa película es bárbaro. Te garantiza no tener que ver la realidad, que sería la otra cuestión, que es un chico que está en el tema de la producción, que está moviendo la industria. No queres ver eso, no, es un comunista que te viene a sacar cosas.

MARIA: Y después, el colmo es: “No entiendo cómo”, dicen —viste que ellos dicen “se dice”—, “gente inteligente, intelectuales, del mundo de la cultura, apoyan al peronismo”.

SANTORO: Si. Eso siempre se dijo. Es muy lindo

MARÍA: Sí, es muy divertido. Cuando en realidad, el peronismo está siendo estudiado desde hace muchísimas décadas, pero sobre todo en este último tiempo, por filósofos y pensadores del resto del mundo como un pensamiento y una política revolucionaria.

SANTORO: Yo creo que, sintetizando muy brutalmente, el gran aporte del peronismo es ponerle sensatez al capitalismo. Quitarle el contenido de codicia, de exceso de codicia que tiene el capitalismo. Esa brutalidad de codicia, si se apaga un poco, eso sería humanizar el capital. La sensatez de la solicitación revolucionaria del peronismo es lo que lo vuelve peligroso y lo vuelve tan odiable. Porque una cosa es la dictadura del proletariado, una utopía en la que desaparece el capitalismo y la propiedad privada; son cosas que están en la utopía. En cambio el peronismo es demasiado realista, eso sí que es muy peligroso porque podría ser un cambio posible. El Papa practica ese peronismo, si se quiere, si le llamamos peronismo, que es mucho más que eso; el peronismo es una forma de decirlo. Es volver sensata esta forma de capitalismo, en donde incluimos a todos y tenemos una misericordia que hace que el bien común sea entendido como primordial, y no el egoísmo. Deponer la vanidad y el egoísmo sería un poco la fórmula. Yo creo que el capitalismo en general, el mundo en general, va hacia una cierta idea que tiene que ver con algunas verdades del peronismo. Que ellos no saben nombrarlo, en Chile no lo saben nombrar, no saben qué están pidiendo, pero están pidiendo peronismo. Es un poco de sensatez, no es tan raro. Y como no es tan raro y es tan sensato, es muy peligroso, se convierte en el gran enemigo.

XUL SOLAR Y ANTONIO BERNI

MARIA: Dentro de tu producción artística, siempre me pareció espectacular cómo homenajeaste a algunos artistas emblemáticos, que además yo coincido en cuanto a la profundidad de cada uno de ellos. Ahí fue donde te paraste ante Xul Solar, ese personaje, genio, único, un hombre que nace en la élite porteña, pero es quizá uno de los primeros que piensa en una identidad nacionalista y después americanista. Que habla del rumiar las culturas que ya teníamos con lo que viene de Europa, y generar ahí esa identidad propia. Además con toda esa sabiduría que tenía. Y vos ahí creaste un cuadro muy completo.

SANTORO: Hay un cuadro que es un homenaje a él. Básicamente son dos torres —él tiene un cuadro parecido—, está el árbol de la vida en el medio, la izquierda y la derecha, la misericordia y la severidad encarnarían en cada una de esas torres. Entre la misericordia y la severidad está la tensión, toda la energía divina que viene desde arriba, como un rayo relampagueante que va entre las torres. De esa manera es la estructura del árbol de la vida de la Cábala, que funciona así. Se dispersa a lo largo de todas las sefiras, que son esos círculos que están representados en el árbol, que son 11 lugares que lo que hacen es dispersar la energía, tomarla y volverla energía terrestre en la última sefira que sería “maljut”, la tierra.

 

Daniel Santoro – Campo ideológico con árbol de la vida (Homenaje a Xul Solar) – 2006

 

Esa forma de dispersión de la energía es también la forma que asume el peronismo, que tiene aspectos severos  y misericordiosos, el lado izquierdo y el lado derecho serían los emblemas. Tiene que ver en parte con las ideologías pero no plenamente. No es que a veces sea de izquierda y a veces de derecha. No es ni de izquierda ni de derecha, es un rayo relampagueante, que siempre está circulando entre uno y otro y nunca es ni uno ni otro. Funciona más en la lógica de la energía atómica, del principio de incertidumbre de Heisenberg, no es ni onda ni partícula, siempre es las dos cosas, según como se lo quiera ver. A veces se ve como de izquierda y a veces se ve como de derecha, no quiere decir que sea ni una cosa ni la otra. Es raro como objeto ideológico, que creo que tampoco es una buena denominación. A veces necesita de cierta severidad y necesita de la acción de la misericordia para que ambas puedan estar en tensión. Kartún hizo una obra de teatro que me llamó la atención —“Terrenal” se llama— que tiene que ver con Caín y Abel. Toma parte de esta idea bíblica, porque el emblema bíblico de la severidad y la misericordia serían Caín y Abel. El exceso de severidad produce una catástrofe siempre, Caín mata a Abel. Esa sería la catástrofe bíblica. ¿Qué quiere decir exceso de severidad? Por ejemplo, todas las revoluciones cuando nacen —la soviética, la francesa— se hacen por motivos misericordiosos. El pueblo sufre, y alguien piensa cómo subsanar ese sufrimiento; se hace una revolución. La revolución triunfa y se hace una ley revolucionaria, una nueva ley; y terminan guillotinando un montón de gente, terminan mandado a los Lager un montón de personas. La revolución termina en un exceso de severidad. La ley, que es esencialmente severa, nunca puede aplicarse sin misericordia. El Papa Francisco está trabajando en el interior de la Iglesia institución. Cuando le reclaman cosas, como por ejemplo que los curas no deben poder casarse, cuando le hablan de la ley el Papa siempre está en la dimensión de la misericordia. Ley, sí, pero misericordia. Y eso quiere decir que la ley queda relativizada, que no hay guillotina. Cuando hay guillotina Caín mata a Abel. Las cartas están echadas. La revolución fracasa entonces. Se convierte en un anatema. Que es lo que les pasa a las grandes revoluciones, terminan en grandes catástrofes. El peronismo nunca llegó a la instancia de extrema severidad. Nunca, jamás. Estamos hablando de las épocas de las guerrillas incluso. El peronismo pasó por encima de eso y siempre con la misericordia que hace que tenga en la memoria ontológica el tema de la felicidad, tiene encarnada la felicidad del pueblo. El peronismo como una cierta felicidad en potencia, lo estamos viendo ahora, la necesidad de que el peronismo produzca felicidad. No puede haber ajuste con el peronismo.

MARIA: Es cierto. Es como una garantía eso.

SANTORO: Es la garantía. Los 70 años que condenan los enemigos es porque en ellos hay misericordia y no severidad. En el  eje siempre está la misericordia. El rayo relampagueante no se queda en la severidad, va hacia la misericordia. Ahí está la idea de que el peronismo tiene una verdad que el mundo la va a tomar. Porque el neoliberalismo es pura severidad. La meritocracia, todas estas horribles palabras que usan estos muchachos, son todas ideas de severidad: “Vos no te lo mereces”, “vos que te creías que ibas a tener un telefonito”; son reclamos de severidad, siempre está el “no se lo merecen”. Y eso es porque ven el exceso de misericordia. La misericordia siempre está en el exceso. El choripán es misericordia, es pan misericordioso; ¿el pan severo cuál es? Es el pan puro y duro del “no te doy nada”. El choripán o el Pan Dulce es pan misericordioso, tiene azúcar, tiene grasa; vas a engordar un poco pero vas a ser un poquito feliz. Vivirás menos años pero un poquito más feliz. La misericordia prodiga, es donativa; la severidad es todo sacrificio, mirando para el costado para ver quién se merece qué cosa. 

MARIA: Una última pregunta referida al arte, porque sé que para vos fue una persona importante y al que también le hiciste un consabido homenaje ¿Quién fue Antonio Berni para vos?

SANTORO: Para mí es el gran pintor argentino. Por lejos. Le falta reconocimiento por todos lados. Debería haber el gran Museo Antonio Berni, pero sin duda. Como hay homenajes a Rivera, a Picasso —en España tenés infinidad de museos Picasso—. Berni no lo tiene acá, eso es una deuda que habría que estar pagando ya mismo. Tenemos a Borges; y tenemos a Berni también, ¿eh?

 

Daniel Santoro  – Los padres de Juanito Laguna se encuentran en un claro del bosque – 2005

 

En esa dimensión, él tiene unos personajes que yo tomé  e intento dialogar con ellos, como Juanito Laguna a través de la madre. Como Berni estaba más cerca del PC, rechazaba el peronismo de una manera, no gorila, pero tenía su distancia. Y yo lo acerco, a través de la mamá de Juanito laguna, que es una chica que fue beneficiada por la acción de Eva Perón a través de la Fundación. Y entonces hago toda una historia de la mamá de Juanito Laguna en que intento dialogar con Antonio Berni. Para mí es un personaje que todavía está muy, muy lejos de adquirir su dimensión.

Acerca de la autora / María Perossa

Licenciada en Peritaje y Valuación de Obras de Arte. Es Coordinadora de la Unidad de Vinculación Cultural (UNAJ) Docente Universitaria. Perito Judicial en Arte. Especialista en Industrias Culturales.

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