Ambiente

LA EFICIENCIA ENERGÉTICA DE LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS

La productividad de las PyMEs

Por Cristian Martínez

El siguiente artículo busca establecer la relación entre la eficiencia energética en las PyMEs y la productividad de las mismas. 

La industria manufacturera en la Argentina, principalmente las Pequeñas o Medianas Empresas (PyMEs), se consideran un motor decisivo en el desarrollo del país, e importantes formadoras de puestos de trabajo. Como contrapartida a esto se puede decir que las pequeñas y medianas empresas, muchas veces quedan rezagadas a escasos avances tecnológicos e inversión productiva, y ciertas metodologías de dirección y organización en donde todas las tareas dependen muchas veces de las decisiones de un “patrón” (legitimidad por líder carismático) y varían según las actividades que la compañía desempeñe. 

En Argentina existen 853.886 PyMEs, de las cuales 417.565 se encuentran registradas formalmente. Del total de las PyMEs mencionadas  por el Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires, el 31,1% (265.470) se encuentran situadas en la provincia. La distribución del total nacional entre sectores puede verse en el  Gráfico 1.

En las PyMEs de la provincia de Buenos Aires, existe un amplio campo para trabajar sobre la eficiencia energética y la disminución de su consumo en los ámbitos productivos y de servicios. Con la disminución del consumo se puede contribuir con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y mejorar la productividad de las industrias con la reducción de costos por unidades de productos/servicios generados. 

Si bien a partir de los últimos cambios en la tarifa energética se han implementado parcialmente algunas mejoras en cuanto al cuidado de la energía, muchas veces son medidas apuntadas sólo al consumo y no a una verdadera visión integral de la triada “eficiencia energética, productividad y medio ambiente”. Por otro lado, muchos de los cambios tecnológicos necesarios para  la reducción del consumo son aún muy onerosos, principalmente en inversión inicial. Las PyMEs de nuestro país dependen en gran medida de los vaivenes de la economía nacional e internacional, para poder funcionar al tope de sus capacidades. En este sentido los datos relevados arrojan que varias empresas, requieren información pertinente sobre el acercamiento por parte del Estado y sobre los programas existentes, para el acompañamiento por parte de instituciones gubernamentales (capacitaciones, financiamiento a la reconversión industrial y créditos a PyMEs con tasa diferencial) para este cambio productivo ambiental.

PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS (PyMEs)

Una PyME es una micro, pequeña o mediana empresa que realiza sus actividades en el país, en alguno de estos sectores: servicios, comercial, industrial, agropecuario, construcción o minero. Puede estar integrada por una o varias personas y sus ventas totales anuales en pesos no pueden superar los montos establecidos según su categoría  (https://www.gba.gob.ar/pymes#pyme). En la Argentina desde el año 2018, mediante la Resolución General 154/2018, la Secretaria de Emprendedores y de la Pequeña y Mediana Empresa las PyMEs se clasifican en; Micro, Pequeña, Mediana tramo 1 y Mediana tramo 2, dependiendo de factores complejos como pueden ser volumen de facturación y cantidad de empleados  

Las mismas emplean a una gran cantidad de ciudadanos siendo un importante promotor del empleo y la producción para la provincia de Buenos Aires. Según datos de la Cámara Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa, “las micropymes, son las grandes generadoras de empleo del país: en ellas hay 4,3 millones de puestos de trabajo” (http://www.pymes.org.ar/noticias-detalle.php?p=582#.XO0efhZKjIU). En este tipo de empresas la energía es un recurso de vital importancia para la producción de bienes y servicios. Dentro de las mismas se utilizan diversos tipos de energía dependiendo de los procesos productivos como pueden ser; energía eléctrica, química, calórica, etc.                     

En las PyMEs y establecimientos productivos, de menores recursos e infraestructura donde generalmente la organización y planificación son escasas, muchas veces existen importantes pérdidas de energía por mala planificación y/o por instalaciones deficientes. 

Los factores anteriormente mencionados traen aparejados no sólo una mala gestión de la energía, sino también muchas veces productos de menor calidad, o mayor uso de recursos (que se traduce en menor productividad) para obtener la calidad necesaria. Lo que hará más difícil la inserción en el mercado y la competencia con productos internacionales.

ENERGÍA Y AMBIENTE

La matriz energética es una representación cuantitativa de la totalidad de energía que utiliza un país, e indica la incidencia relativa de las fuentes de las que procede cada tipo de energía. La Argentina, al igual que el resto del mundo, utiliza un alto porcentaje de hidrocarburos. El petróleo y el gas alcanzan casi el 90% del total de la oferta energética del país. Los hidrocarburos son actualmente la fuente de energía predominante en el mundo y es una materia prima fundamental para elaborar una gran cantidad de productos de uso cotidiano.

En la Argentina, el gas natural tiene un gran desarrollo y una gran participación en la matriz energética. Actualmente, el gas natural alcanza más de la mitad de los consumos energéticos del país (53%), y se utiliza para los hogares, la industria y la generación eléctrica. La energía hidráulica (4%) y la nuclear (2%) han crecido en los últimos cuarenta años debido a su uso para generar electricidad. Las energías renovables (eólica, geotérmica, y la energía solar) son aún incipientes y no tienen un impacto considerable sobre la oferta total de energía. Sin embargo, progresivamente adquieren mayor relevancia en la  generación de la misma.

El cambio climático es el resultado de desequilibrios en el balance energético de la Tierra, los mismos son causados por agentes naturales y antropogénicos. Estas causas varían en los tiempos; mientras que los agentes naturales se han mostrado lentos en el tiempo, los de origen humano han mostrado un aumento acelerado en los últimos doscientos años. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés): “La influencia humana en el clima ha sido la causa dominante – con una probabilidad superior al 95% – de más de la mitad del aumento observado en la temperatura superficial media global en el periodo 1951-2010, lo que ha originado el calentamiento de los océanos, la fusión de hielo y nieve, la elevación del nivel del mar y cambios en algunos extremos climáticos en la segunda mitad del siglo XX. (IPCC, 2013: pág.11)

Según el inventario nacional de Gases de Efecto Invernadero, elaborado por el Ministerio de Ambiente y desarrollo Sustentable de la Nación en el año 2017, el 53% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) son emitidos por el sector de la Generación de Energía, el 39% del sector Agricultura, Ganadería, Silvicultura y otros usos de la tierra, 4% a residuos y el restante 4% a Procesos Industriales y usos de producto (Ver Gráfico Nº3). Si bien se observa que el valor el para Procesos Industriales no tiene un peso preponderante (4% de las emisiones de GEI) no debemos olvidar que una buena parte de la energía generada es utilizada por las Industrias. Según el Informe de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), el 29% de la energía es utilizada por usuarios no residenciales (desde 100 a 300 kWH). Si bien la mayoría de las PyMEs no entran en la categoría de grandes usuarios, logrando disminuir el consumo energético en las mismas se podrá colaborar con la matriz energética y con la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero. 

De lo dicho se desprende que la energía que se utiliza a nivel domiciliario o industrial para satisfacer las necesidades humanas no es gratis, y trae aparejado una serie de “costos ambientales” que no se ven reflejados en lo que pagamos como usuarios. 

EXPERIENCIAS EN PyMES

Consideramos a nuestra Universidad (UNAJ), como una herramienta de transformación de nuestra comunidad, por lo que para este trabajo se tomaron como unidad de estudio PyMEs próximas a nuestro entorno, para poder nutrirnos de manera colaborativa de sus saberes y experiencias. Por ello se expone como ejemplo una línea de base del consumo eléctrico, elaborada en una PyME especializada en filtración industrial, situada en la localidad de Quilmes al sudeste del Gran Buenos Aires.–Dentro de los procesos productivos de la mismas; se realizan trabajos de soldadura, pintado, armado de filtros, corte, estampado de chapas, etc. 

De los datos obtenidos en esta PyME, se observa que si  bien el costo de la energía no es significativo para la compañía, esta no se está utilizando para producir ni para el beneficio en las condiciones laborales de los miembros de la empresa. Por otro lado, no es despreciable el ahorro que se podría lograr cambiando algunas pautas de comportamiento en el consumo. Esta PyME tiene la ventaja que cuenta con Sistema de Gestión de Calidad y Ambiental (ISO 9001 e ISO 14001), por lo que en el caso de decidirse a  implementar un sistema de gestión eficiente de la energía le resultará menos laborioso ya que la metodología de trabajo es similar.

Por otra parte, se ha consultado mediante entrevistas informales a otras PyMEs del rubro metalmecánico y todos afirman que el costo de la energía tiene relevancia dentro de la estructura de costos, por lo que ya se han comenzado a tomar medidas para el ahorro de la misma.

Hay que considerar que muchas PyMEs en la Argentina nacieron de la mano del modelo de sustitución de importaciones implementado en el periodo de posguerra y de otros intentos de industrialización que han habido en Argentina. Han sorteado a lo largo de su historia épocas de crisis económicas, políticas e institucionales que han afectado directa o indirectamente sus actividades, quedando atrasadas tecnológicamente y con maquinaria obsoleta. Muchas de estas PyMEs han nacido como prestadoras de servicios para empresas de mayor envergadura, con pocas maquinarias usadas que ya tenían cierta antigüedad al momento de ser adquiridas. 

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

Tanto en los datos recabados de fuentes primarias como en la bibliografía consultada, se observa que en muchas PyMEs de nuestro país aún no se ha tomado plena conciencia de la incidencia que tiene el mal uso de los recursos energéticos respecto a la productividad de los mismos.

Si bien parte de la reducción del consumo puede hacerse por medio de implementación de nueva tecnología, esto conlleva una inversión inicial elevada. Por lo tanto debe plantearse atacar el problema de dos maneras: con una paulatina reconversión tecnológica y con un programa de consumo responsable. 

Será cada vez más importante y conveniente para las PyMEs la implementación de planes de Gestión Ambiental para lograr mayor competitividad y mayor valor agregado dentro de sus productos (pudiendo ser ecoetiquetado, distinción de producción eficiente, huella de carbono, etc). Esto puede utilizarse no solo para mejorar el producto, sino también como estrategia de marketing para poder introducirlos en mercados extranjeros. En todas las PyMEs se podrá trabajar lo propuesto independientemente de su tamaño. Esto dependerá de las posibilidades de inversión, del involucramiento de la dirección y del acompañamiento de instituciones económicas y gubernamentales proveyendo ayuda económica (subsidios) o científica (vinculación con Universidades). 

En muchas ocasiones los programas destinados al apoyo a PyMEs son del tipo “enlatado” los cuales no evalúan la multiplicidad de características y problemáticas del mundo PyME y de una compañía en particular. Por ello se propone a las Instituciones gubernamentales, involucradas a nivel nacional y provincial, reforzar las estrategias de comunicación y promoción, evaluar particularmente los casos a financiar y brindar apoyo en la implementación de planes de Eficiencia Energética.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • BARROS, Vicente (et al). El Cambio Climático y la costa Argentina del Río de la Plata. Año 2005.

• BORROTO, Aníbal; et al. La gestión energética: una alternativa eficaz para mejorar la competitividad empresarial. Medellín: Universidad Nacional de Colombia. Año 2005. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=147019387005

  • BOUBY TOLENTINO, Francisca. Retos de las Pymes frente a las Nuevas Condiciones de Productividad y Competitividad. S/f.
  • CATTERBERG, Gabriela y MERCADO, Rubén. PNUD. Información para el desarrollo sostenible: Argentina y la Agenda 2030. Año 2017.
  • FERNANDEZ VÁZQUEZ, Estela y OKNAIAN, Esteban. Planeamiento para Pymes argentinas: el arte de la supervivencia. Año 2000. Disponible en http://www.sepyme.gov.ar 
  • GRUPO INTERGUBERNAMENTAL de EXPERTOS SOBRE CAMBIO CLIMÀTICO (IPCC). Bases Físicas. Resumen para Responsables de políticas. Año 2013.
  • SERNA MACHADO, Carlos Alberto. Gestión energética empresarial una metodología para la reducción de consumo de    energía. Año 2010

Este artículo es un producto derivado de la Tesis de Licenciatura de Gestión Ambiental, acompañado bajo la tutela de la Docente Ing.Graciela Suárez (docente de las cátedras; Energía y Sustentabilidad y Gestión Ambiental en establecimientos productivos), y asistido por la Docente Arq.Bárbara Brea (docente de la cátedra Producción Limpia y energías alternativas).

Acerca del autor / Cristian Martínez

Licenciado en Gestión Ambiental (UNAJ). Temas de interés: Energía, Transición y Eficiencia Energética. Diplomado en Biotecnología, Industria y Negocios (UNQ). Actualmente en equipos de investigación de base territorial, bajo la dirección de la Arq. Brea. Trabajo en PyMEs hace más de veinte años.

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