Proyecto de mejora de la adecuación de grandes rellenos sanitarios del conurbano con vistas a su uso por la comunidad
Antecedentes
En el año 1977 Osvaldo Cacciatore, intendente de facto de la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, prohibió la incineración de los residuos urbanos. Se adoptó entonces una nueva forma de tratamiento y disposición final de los residuos en la Capital Federal y los municipios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA): los rellenos sanitarios, que serían gestionados por una sociedad del Estado, el Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE).
En ese contexto, luego de la expropiación de los terrenos, la dictadura creó el Relleno Sanitario de Villa Domínico, el cual funcionó durante casi 27 años hasta su cierre y clausura. Denominado Complejo Ambiental del CEAMSE, y ubicado en el partido de Avellaneda y parte de Quilmes, el relleno sanitario comenzó su etapa de clausura en el mes de enero de 2004, momento en que comenzaron las tareas de cierre y adecuación. Había llegado a ser el relleno sanitario más grande de Latinoamérica.
Al día de hoy, uno de nuestros principales desafíos ambientales es lograr la integración de este predio de más de 400 hectáreas, con sus áreas de reserva lindantes, que alberga en sus entrañas más de 48 millones de toneladas de residuos y proponer su apertura al público en general para que pueda gozar de los beneficios del lugar. Antes, será necesario resolver algunos aspectos operativos pendientes, característicos de las operaciones de post cierre en este tipo de sitios de disposición.
¿Qué es el lixiviado y por qué debe ser tratado?
En su proceso de descomposición, los residuos generan líquidos y gases. A estos líquidos se los denomina lixiviados. Una vez extraídos deben ser sometidos a un tratamiento para desactivar su capacidad de contaminación. O sea que, además de la recomposición y mantenimiento de esas montañas verdes que se pueden observar, y que se denominan Módulos, lo que debe zanjarse es la gestión de los líquidos lixiviados, consecuencia de su disposición previa. Este servicio involucra los procesos de captación, transporte y tratamiento, los cuales, juntos, constituyen la principal externalidad y un relevante costo operativo.
El transporte
El sistema actual para llevarlos hasta la planta de tratamiento, se realiza a través de dos métodos distintos e independientes. Por un lado, se utiliza una flota de tres camiones atmosféricos que recorren permanentemente el predio, toman el líquido lixiviado acopiado en piletas y lo transportan hasta la Planta de Tratamiento. Por otro lado, se utilizan motobombas convencionales, especificadas para el bombeo de agua, que se instalan diariamente en los puntos de captación. Mediante este método el lixiviado es bombeado hasta la planta mediante cañerías superficiales a la vista que recorren toda la periferia de los módulos.
Transporte por camiones, motobombas y cañerías superficiales
Ambos sistemas presentan limitaciones que dificultan su implementación, dado que su ejecución está subordinada a la disponibilidad operativa del personal y a las condiciones climáticas.
El nuevo sistema de Captación Activa de lixiviados
Desde hace unos meses se comenzó a implementar en una fracción de los Módulos un sistema alternativo a los procesos actuales, denominado de Captación Activa por su característica de acopio y bombeo permanente hacia la planta mediante energía solar o fotovoltaica. Se trata de un bombeo específico para líquidos lixiviados con prestaciones muy superiores a las actualmente en uso.
Plano y construcción de sistema de captación activa de lixiviados en módulo RBQ1
De haber suficiente radiación solar, funcionará todos los días del año a demanda del servicio requerido y con flexibilidad infinita y programable. Su ejecución está recientemente concluida sobre un sector de uno de los módulos, asociado con los Sistemas de Captación Activa ya ejecutados y recientemente puestos en funcionamiento.
El empleo de ambos sistemas en estos tramos, si bien no son muy grandes, minimiza en forma definitiva todas las interferencias producidas por las operaciones y los sistemas previos para la captación y transporte de lixiviados. Y adicionalmente se logra también un importante beneficio económico y un enorme beneficio ambiental, producto de haber resumido en forma casi absoluta todas las actividades asociadas a los sistemas previos.
Ampliación al resto del predio
En la actualidad se intenta implementar este proyecto de tecnologías de bajo impacto ambiental en todos los módulos del predio para que gradualmente impulse el reemplazo de los procesos desarrollados actualmente. De este modo se busca dar una solución más efectiva a una problemática no resuelta eficientemente con los sistemas actuales, dado que los mismos representan una dificultad para cualquier proceso de integración de la comunidad en el predio.
Los trabajos por realizar consistirán en la construcción de drenes pétreos (conductos soterrados llenos de piedra partida, ubicados dentro del perímetro interno y debajo de la superficie visible de los módulos), los cuales permitirán el paso del lixiviado en su interior y estarán conectados a un sistema de cañerías. Funcionarán los 365 días del año como colectores, depósitos y drenajes de los lixiviados generados por los residuos dispuestos en el complejo ambiental.
Construcción de drenes pétreos para implementación de sistema de captación activa en uno de los módulos
Esta técnica de bombeo es sumergible, de manera que no queda a la vista, al igual que toda la línea de impulsión que también se proyecta soterrada. La única instalación visible es el parque solar, que se asocia con un impacto visual positivo. El sistema produce una alta contrapresión, de manera que no requiere rebombeos y tiene la capacidad de funcionar íntegramente con energía solar.
Paneles solares instalados en un sector del módulo RBQ1
Beneficios
Una solución de magnitud substancial y beneficiosa es ampliar el sistema en los módulos altos del relleno, que son los que contienen la cantidad más significativa de residuos en su interior y, por ende, los que poseen la mayor capacidad de generación de lixiviados, que es el problema a resolver.
De esta manera no sólo se reemplazan las actuales bombas de extracción y bombeo del líquido por bombas sumergibles impulsadas por energía fotovoltaica, sino que también se abandona el uso de camiones atmosféricos que trabajan todos los días durante ocho horas cada uno. En cuanto al costo, si bien los camiones no realizan grandes trayectos, las bombas extractoras-impulsoras que poseen funcionan con la fuerza motriz del motor, por lo que este no se detiene durante toda la jornada de trabajo, generando un elevado consumo de combustible y la inevitable generación de gases contaminantes que contribuyen al aumento del efecto invernadero.
Otra de las razones no menos importante que fortalece esta propuesta es que las actuales piletas y los sumideros (alrededor de 100), resultan inseguras para el uso del predio por la comunidad, al mismo tiempo que dejan expuestas y a la vista la problemática que representan.
El uso de tecnologías verdes, también denominadas tecnologías no contaminantes o ecológicas, mejora la calidad de las matrices ambientales —aire, suelo o agua— y muestra además la capacidad de resiliencia de las empresas en favor del ambiente y a favor de encontrar soluciones a los problemas relacionados con los residuos.
Entre los autores de esta nota, Marcelo Chaine, en su propuesta de TIF (Trabajo Integrador Final) para acceder a la Licenciatura en Gestión Ambiental, se encuentra evaluando la supervivencia de algunas especies de origen nativo (sauce criollo y cortaderas) regadas con solución de líquido lixiviado en distintas concentraciones, con el objetivo de aportar conclusiones científicamente sólidas. De este modo se podría utilizar gran parte del lixiviado que se genera en los rellenos sanitarios para el riego de la cobertura de los distintos módulos, siempre y cuando la forestación que habita los mismos sea tolerante a este riego.
Acerca de las/los autoras/autores
Marcelo Chaine
Estudiante de 5° año de la carrera de Gestión Ambiental de la UNAJ. Trabaja en CEAMSE desde el año 1996
Mariana Meléndez
Técnica en Relaciones del Trabajo – UNAJ. Técnica en Gestión Ambiental – UNAJ. Está cursando 5to año de la Licenciatura. Trabaja como promotora ambiental en la administración y carga de datos de Encuestas Integrales de Salud Ambiental en Áreas de Riesgo (EISAAR) convenio ACUMAR – UNAJ. Estudiante adscripta en el Tramo de Formación Docente para Estudiantes ProFoDE – UNAJ. Becaria – Beca de Inicio En Investigación BIEI – UNAJ. Tutora Par en el Departamento de Orientación Educativa DOE – UNAJ. Participa del proyecto UNAJ Investiga sobre “Condicionantes del uso de agrotóxicos en la horticultura familiar de la localidad de La Capilla, Florencio Varela”.
Eugenio Sosa Schlegel
Arquitecto (Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UNLP). Estudiante de 5° año de la Licenciatura en Gestión Ambiental en la UNAJ.