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PROTOCOLO ANTE SITUACIONES DE VIOLENCIA Y/O DISCRIMINACIÓN POR RAZONES DE GÉNERO EN EL HOSPITAL "EL CRUCE", DR. NÉSTOR KIRCHNER

El silencio no es salud

Por Andrea Brunengo

La primera egresada de la carrera de Relaciones del Trabajo de nuestra universidad y actual responsable del Área de Recursos Humanos del Hospital “El Cruce” analiza para Mestiza los nuevos procedimientos implementados

 

Pensar un protocolo es pensar un instrumento que estandariza procedimientos de actuación frente a situaciones específicas en un ámbito determinado. Tratándose de violencia contra las mujeres o las disidencias sexuales, los protocolos se convierten en medidas preventivas. La violencia contra las mujeres y la comunidad LGTBIQ+, un problema social con implicancias en temas de salud pública, es una barrera al desarrollo económico e inclusivo de las comunidades. Vivimos en una sociedad heteronormada, racista y misógina que provoca cotidianas y dolorosas situaciones de discriminación y violencia contra todas aquellas personas que no encajan en los parámetros patriarcales. Y en el sistema de salud, como en todos los ámbitos de la vida social, esos rasgos y esos efectos se reproducen. En el Hospital de Alta Complejidad “El Cruce”, Dr. Néstor Carlos Kirchner –institución en la que me desempeño como Jefa del Área de Gestión Integral de Recursos Humanos– asumimos el desafío de reflexionar sobre los modos en que se construyen y perpetúan las desigualdades y violencias por motivos de género en nuestro ámbito laboral, y sobre todo, idear acciones, medidas e instrumentos para erradicarlas.

 

En esa tarea contamos con dos herramientas fundamentales: la Ley Nº 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos donde desarrollen sus relaciones interpersonales, sancionada en 2009, y la Ley N° 26743, de Identidad de género, una conquista del año 2012. A partir de estas normativas y de otras disposiciones jurídicas internacionales como la Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (CEDAW) y la Convención de Belem Do Pará, y con nuestro compromiso de implementar políticas tendientes a contrarrestar la violencia machista, logramos construir un instrumento propio para nuestro hospital. Así, y luego de varios meses de trabajo conjunto entre el Hospital El Cruce y el Programa de Estudios de Género de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, el 12 de marzo de 2020, a través de la Resolución Nº 082/20, se aprobó el Protocolo de Actuación Institucional ante situaciones de violencia de género y/o discriminación por razones de género.

 

Dicho Protocolo rige para las relaciones laborales y/o interpersonales que se desarrollen en el marco del hospital e involucra comportamientos y acciones realizadas por las autoridades, el personal, los becarios, visitantes y terceros que presten servicios permanentes o temporales en la institución. Y están comprendidas en él, situaciones de violencia sexual y discriminación basada en el sexo y/o género de la persona, orientación sexual, identidad de género y expresión de género que tenga por objeto excluir restringir, limitar, degradar, ofender o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. Y entre sus objetivos fundamentales se cuentan: la promoción de todas las acciones conducentes a efectivizar los principios y derechos reconocidos en la Convención de Belem do Pará, la generación de estándares mínimos de detección precoz y de abordaje de situaciones de violencia, la promoción de políticas concretas para la prevención, erradicación y sanción frente a los casos de violencia de género, en forma conjunta con los representantes de los sectores gremiales, y la inclusión de la problemática de la violencia de género en el plan de capacitación que desarrolle el hospital.

La autoridad de aplicación es el Comité de Actuación, un equipo interdisciplinario designado por el Director Ejecutivo, y que se desempeña bajo su órbita. Quienes asumen esa responsabilidad  cumplen funciones por dos años, pueden solicitar asesoría externa y su trabajo es ad-honorem. Actualmente lo integran siete personas, dos de ellas son representantes de los gremios que actúan en el hospital. 

Para cerrar esta caracterización, creo oportuno señalar de manera sucinta los principios rectores que inspiran y guían la aplicación del Protocolo. 

El asesoramiento gratuito a toda persona que se acerque a consultar.

El trato respetuoso a quien consulta o presenta una denuncia, y el resguardo de su privacidad.

La contención y orientación de la persona afectada durante todo el proceso. 

La no revictimización de quien denuncia. 

La discreción y la confidencialidad en el tratamiento de la información. 

La amplitud probatoria siempre y cuando las pruebas sean ofrecidas dentro de los parámetros legalmente establecidos. 

La conquista del Protocolo es un motivo de orgullo para quienes formamos parte del Hospital El Cruce, Dr. Néstor Carlos Kirchner porque somos una de las primeras –y pocas– instituciones a nivel nacional que cuenta con un instrumento de estas características. Así, desde el Conurbano Sur abrimos un camino para que otros hospitales públicos avancen en el diseño de instrumentos y políticas tendientes a erradicar la violencia machista. 

Porque sabemos que sin igualdad de género no hay salud de calidad, y porque sabemos que el silencio no es salud, nuestro compromiso es continuar trabajando, desde el Hospital Público, por un cambio de paradigma que garantice el derecho de todas las personas a vivir vidas vivibles.

Acerca de la autora / Andrea Brunengo

Licenciada en Relaciones del Trabajo (UNAJ). Especialista en Políticas Públicas para la Promoción de la Igualdad en América Latina y el Caribe (FLACSO). Jefa del Área de Gestión Integral de Recursos Humanos del Hospital de Alta Complejidad “El Cruce”, Dr. Néstor Carlos Kirchner. 

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