No le escapa a la palabra revolución y, aunque dice haber soñado con ella, hoy afirma que prefiere luchar por la mejora del coeficiente de Gini. Se trata de Luis Alfredo Ilarregui, nuestro embajador en Cuba. Una mirada sin preconceptos acerca del presente y las alternativas del proceso cubano.
MESTIZA: A raíz del envío de Argentina de material sanitario a Cuba, nos preguntábamos cómo venía llevando Cuba la pandemia; cómo al mismo tiempo de tener un gran desarrollo en ciencias médicas, capaces de producir una vacuna, encuentran estas limitaciones propias del bloqueo y otras dificultades que atraviesa Cuba. ¿Cómo se encuentra Cuba en este momento?
Hace pocos días llegó el embarque, por una decisión de Alberto Fernández. Se tomó la decisión ante una necesidad de Cuba de contar con insumos; necesidad que se le produce por el bloqueo, es cierto, pero también por el Covid. Esta conjugación de bloqueo más Covid ha deprimido bastante la economía en la isla. Existen algunos elementos que son importantes para Cuba, como las remesas enviadas desde el exterior. En el gobierno de Trump se eliminó la oficina que existía para las remesas y eso significó 2000 millones de dólares que vienen a los bolsillos de los cubanos. Y también se perdió el turismo. Para dar una idea, en el primer cuatrimestre de 2018 llegaron turistas en el orden de las 1.900.000 personas; y en el primer cuatrimestre de este año llegaron 64.000. Prácticamente, la pérdida del 94% del turismo. La diferencia del dólar gastado en turismo con el otro —el de las remesas— es que el primero va a un hotel; en cambio la remesa de familiares que viven en Estados Unidos o en España llega directamente al bolsillo del cubano. El dólar turista es más tercerizado por distintos agentes económicos. Con respecto al Covid, hoy en Cuba debe haber 8000 casos por día, arriba de Argentina. Cuando nosotros llegamos aquí, había menos de 100 casos por día. Por la relación que tiene Cuba con Rusia, ingresó la cepa más agresiva, la Delta. El 80% de los infectados es con la Delta, que es compleja por la velocidad que tiene. Con respecto al tema este de la posibilidad de desarrollar una vacuna yo, que soy de Ayacucho, tengo un dicho del campo: “Podes ser inteligente y no tener plata”, eso te puede pasar. Y los cubanos son inteligentes, son muy educados pero no tienen plata.
MESTIZA: Cambiemos un poco a las cuestiones personales ¿Cómo ves la relación entre argentinos y cubanos?
Es cierto que un embajador vive una situación totalmente distinta, no digo al resto de los cubanos, sino al resto de los mortales, por lo que resulta ofensivo decir lo bien que se vive. Por eso me quiero referir a lo sentimental; generalmente los que vienen se enamoran de La Habana y de la forma que tienen los cubanos, que en realidad tienen cosas similares a las nuestras: somos todos descendientes de españoles, tenemos una forma muy llana de tratarnos. Son educados; y los argentinos también somos educados. Entonces se crea fácilmente una tipo de empatía entre los pueblos. En el Granma salió una frase mía que me llena de orgullo —aunque algunos amigos dicen que es cursi—: “El amor entre el pueblo argentino y el pueblo cubano es un amor de ida y vuelta”.
MESTIZA: Dentro de los cuadros del Partido Comunista Cubano ¿existe la idea de hacer un modelo parecido al vietnamita? Entiendo que se habla mucho de esa posibilidad, porque Vietnam tuvo una inversión extranjera directa muy fuerte y es uno de los países que más crece en todo el sudeste asiático.
Existe intelectualmente, y en la idea de los dirigentes sin duda. Entre China y Vietnam, ellos se ven más parecidos a Vietnam, por el tema de las pequeñas empresas, por el tema de la dimensión. Conocen bastante Vietnam, aunque tienen una relación histórica con algunas contradicciones. Les doy un ejemplo: Los vietnamitas vinieron a Cuba a ver cómo se sembraba y cómo se cosechaba el café; hoy los cubanos les compran café a los vietnamitas. Este es el tema entre los orientales y nosotros: que son ordenados, estructurados, se ponen objetivos y los cumplen inexorablemente.
MESTIZA: ¿Cómo se viven actualmente los cambios que Cuba inició en su economía?, ¿cómo lo ves?
Hace poco tuve una charla en la que yo planteaba que el debate intelectual de Cuba hoy es cómo se incorporan herramientas capitalistas al fortalecimiento del socialismo. Un alto dirigente cubano me pegó un reto muy grande: la palabra capitalista está fuera del léxico en la isla. El planteo de ellos es cómo se utilizan herramientas de mercado para el fortalecimiento del socialismo.
El otro tema, que es muy importante para ellos, ya planteado en el “Hombre de Hierro” de Andrew Wajda, una película sobre el inicio de “Solidaridad” en la Polonia de Karol Wojtila, es el hecho de que no basta con los héroes del trabajo nacional o moralmente tener el respaldo del Estado porque sos el que más trabajás, el que más cosechás, sino que el capitalismo en ese sentido ha tenido un desarrollo mucho más exitoso que otras experiencias, ya sea a fuerza de balazos y de palos o porque el hombre está constituido de esa manera individualista. Me refiero al estímulo de tipo económico personal, individual. O sea, la pregunta de si al hombre que más produce, además de estímulos morales no hay que darle un apoyo económico. Aquí se hizo en el trabajo en los hoteles, que creó una diferenciación. Eso Cuba lo va a tener que discutir claramente, porque es un cambio de filosofía, que lo están haciendo pero lentamente. Volviendo a la pregunta, existe la conciencia de que tienen que producir más y distinto y que la experiencia de Vietnam ha sido un ejemplo importante, incluso para el hombre de a pie.
MESTIZA: Hasta hace poco, Cuba tenía gran relación con Venezuela y ahora Venezuela está con problemas económicos que parecen ser más serios que los de Cuba. Entonces, fuera de la región, ¿no puede ser China el sustituto, frente al bloqueo, de fuentes de inversión, de exportaciones? Porque, aunque el bloqueo no es una excusa —vos lo explicaste muy bien— hay otros países a los cuales hacer referencia, ¿existe esa posibilidad?
Si existe, será dentro de veintitrés años. Lo digo irónicamente. Los chinos tienen tan planificada su historia que quizá dentro de veintitrés años tengan anotado en un cuadro: “Cuba”. China compite en términos comerciales y económicos con Estados Unidos y no quieren competir con ellos en términos geopolíticos. Cuba está al lado de Estados Unidos y eso enturbiaría la relación. Pero es todo presunción mía. Los chinos colaboran humanitariamente con Cuba. También habría que agregar que las relaciones entre los partidos comunistas de ambos países son muy buenas. El día que se cumplieron los cien años del Partido Comunista Cubano se hizo un acto —no se hace con cualquier país eso— donde estaban Raúl Castro, Díaz Canel, toda la cúpula del gobierno y el Partido Comunista. En ese momento no estaba el embajador de China, por lo que asistió la encargada política de la embajada. Y en el acto hablan los cubanos, hablan los chinos, Xi Jinping se comunica y se saludan; las relaciones son muy buenas pero es indudable que no están traducidas materialmente. Los chinos tienen sus propias estrategias. Estuvimos con Adela quince días en China invitados por el Partido Comunista y había en una maqueta con todo el desarrollo de una ciudad. Y decían: “Esta es algo que veníamos desarrollando de la dinastía Ming”. Para los chinos hay continuidad, como por ejemplo esos lineamientos muy antiguos en el desarrollo de ciudades; son inconmovibles ante el paso del tiempo. El tiempo es un elemento totalmente distinto a como lo medimos nosotros los latinos.
MESTIZA: A propósito de esto ¿Observás alguna diferencia en esta nueva generación que representa Miguel Díaz Canel? Y si eso ha producido debates que antes estaban más postergados. O sea, ¿cómo se está adaptando Cuba a esta transición, a esta nueva generación de dirigentes?
Yo discuto mucho con ellos. Soy un tipo llano y digo lo que pienso. Debe ser que no soy diplomático, los diplomáticos son más apaciguados. A veces meto la pata porque vengo del pueblo, pero aparentemente esto no les molesta. Lo que veo son muchos jóvenes —por jóvenes me refiero a tipos de treinta y pico ligados al Estado— con una cabeza importante, gente muy preparada. Sin embargo, en Cuba lo que hay es un choque entre esta capacidad intelectual y la situación de crisis, de precariedad de determinadas cosas. Acá vino la ministra de salud Carla Vizzotti a ver todo el tema de las vacunas. Quizá en un momento las compremos, cuando la ANMAT Argentina las apruebe. Están desarrollando una vacuna buena, la Soberana Plus, que puede conjugar como refuerzo. También vino un grupo por el tema agrícola, para hacer una alianza estratégica con el tema maíz y frijol principalmente, pero también muchas cosas más. Cuba tiene una productividad muy baja en todo el sector rural, por diferentes motivos. Como dicen ellos: “Antes había puerquitos, después no hubo maíz y no hay más puerquitos”. Se encuentran en un momento complejo. A veces pueden avanzar más rápido por orden de su conducción política, pero en general tardan mucho en implementar las cosas. Hay un poco de temor a esto, que es un cambio para ellos. De todas maneras, los dirigentes cubanos, con un sistema de partido único, con una conducción unificada, han transformado su economía basados en que es imposible crecer bajo las pautas antiguas del estatismo absoluto, con el objetivo de construir una sociedad distinta para la cual se hizo la revolución. Porque la revolución vino para que la gente viva mejor. Y es terrible ver que otros países, que desarrollan una teoría totalmente contraria a la tuya, viven mejor y tu país no vive mejor.
MESTIZA: Está el viejo argumento de las dificultades que genera el bloqueo
El bloqueo es cierto, pero ellos han descubierto que no es solamente el bloqueo, porque un día no va a haber bloqueo y van a tener dos problemas: o van a seguir igual por no saber lo que tienen que cambiar; o los van a inundar de dólares y le va a cambiar la mentalidad, la situación, el Estado social. Este es un país que debe conservar determinadas cosas, el acceso a la educación y la salud gratuitas, la seguridad que existe aquí y que es muy importante. Una situación como la de Cuba en cualquiera de nuestros países significa soldaditos del narcotráfico, asesinato de un colectivero con un cuchillo por la recaudación. Sería bueno que ese capitalismo casi salvaje que existe en algunos lugares no los aplaste como filosofía humana, como filosofía de vida. Yo me digo que antes peleaba por la revolución y hoy peleo por el índice de Gini; que el decil más alto no tenga más de cinco veces que el decil más bajo, una sociedad que el peronismo descubrió hace mucho. Adela, mi compañera, que vivió acá tres años en el ochenta, siempre dice que se hizo muy peronista en Cuba. Ese sistema de producir, acumular y generar riqueza y distribuir, que es la base de lo que se llama justicia social, es importante. Yo abrevé en algún tiempo en teorías más de izquierda, más socialistas, y hoy…me habré hecho viejo.
Acerca de los entrevistadores
Francisco Balázs
Periodista. Director de Comunicación y Prensa de la UNAJ. Fue editor de Miradas al Sur, Tiempo Argentino, y Revista Mugica
Franco Castiglioni
Profesor titular de Introducción a la Sociología de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.