Ambiente, POLÍTICA

LA DOCTRINA DEL SHOCK

Cuando la estrategia del tero y del caballo de Troya convergen

Por Homero Bibiloni

En el campo es bien conocida la estrategia del tero, su agudo trino desvía la atención de quien transita cerca de su nido y sus pichones motivando al caminante a dirigirse hacia un destino distinto. El astuto Ulises para tomar Troya, fingió su rendición y les dejó a los troyanos como tributo un caballo gigante con sus mejores soldados escondidos en su interior. Los incautos súbditos de Priamo lo introdujeron en la ciudad precipitando su asalto nocturno y homérica caída. Ambas estrategias convergen en la presentación del DNU 70/23. 

Como el tero, el neoliberalismo y la derecha económica utilizan la picardía de centrar la atención en la cantidad de temas que tiene el DNU con el objetivo real de fraccionar las opiniones en forma sectorial. Afecta cerca de 300 leyes vigentes y si consideramos las modificaciones a partes de otros textos el número llega a más de 600 modificaciones al plexo normativo. Busca evitar que la opinión pública lo dimensione en su totalidad y  logre prevenirse del efecto devastador que este verdadero tsunami institucional provocará. 

Es una norma fuerte con los débiles y genuflexa con los poderosos. Cuenta con la rigurosa defensa de los medios concentrados que hacen de coro cómplice avalando a esta enormidad jurídico-constitucional. Y es evidente que si logran atomizar el debate para que cada sector trate de salvarse como pueda lograrán debilitar la lucha central y la solidaridad del conjunto. El objetivo subyacente en la lógica histórica es el de siempre: divide y reinarás. 

Apuntamos brevemente algunos de los principales vicios.  No es urgente por cuanto bastaba la remisión al parlamento para su consideración y/o convocar a extraordinarias con las diversas cuestiones que contiene, es decir ley por ley, lo que suma cientos  de temas normativos. Ni tampoco es necesario. El país funcionaba con las normas que se pretenden derogar y modificar y nada explotaría si se respetaban los tiempos parlamentarios propios de la democracia. Peor aún, algunos de los temas son absolutamente nimios o vedados a la consideración de un DNU. 

En síntesis, los DNU fueron pensados para temas puntuales, no para edificar una nueva institucionalidad de la Argentina. Tamaña acumulación genera una invasión del Ejecutivo al Legislativo con argumentos falaces que no pueden sostenerse seriamente. Supone la ruptura del equilibrio entre poderes que predica y sostiene la Constitución Nacional. Y decir que sin embargo “se ajusta a derecho” es justificar esta desmesura.  

Este Decreto es un Caballo de Troya metido en la democracia. Se aprovechan de ella para distorsionar su sentido, funcionalidad y diseño. Afirmando simplemente que “ello no sucede” dinamita las características democráticas de soberanía territorial, inclusión, igualdad,  solidaridad, crecimiento, protección ambiental, división de poderes entre otros temas sustantivos. 

Se trata de distraer y dividir para que, ante la acumulación de  casi  600 temas , se resignen algunos en la teoría de “si pasa pasa”, pero los que  eventualmente pasen serán letales para el sector que sea y destruirá la red virtuosa ,  solidaria e integrada,  de las partes  y  sus patas sociales. Creará situaciones graves e imposibles de revertir. Propone el canibalismo interno, la lucha despiadada de unos contra otros, la supervivencia en las formas más primitivas propias de un capitalismo de acumulación financiera salvaje.

El cinismo desarrollado por el liberalismo vernáculo, asociado a los intereses concentrados locales  foráneos, fue lapidariamente nominado como cipayo por ese patriota cuyo nombre es bandera de nuestra Universidad; Arturo Jauretche.

Lo dijo el Papa Francisco hace poco; hay que decirle  NO  a la “globalización de la indiferencia”, SI a la “globalización de la solidaridad y del encuentro” y un rotundo NO  a la “ cultura del descarte”, en un mensaje ecuménico trascendente y ajustado a los tiempos presentes con la sabiduría virtuosa que da aprender de los tiempos pasados, y mirando al futuro.

Por tanto la oposición debe ser al conjunto de estas políticas, tener presente como valor lo ruinoso de la sumatoria destructiva sectorial, para advertir por qué no podemos dejarnos engañar por el tero, y anular el caballo troyano (tal como se denominaron los virus informáticos) que se han instalado al menos temporariamente en nuestra querida democracia que este año cumplía sus 40 años de continuidad.

El DNU tendrá consecuencias funestas en materia ambiental. Nos conduce a una hecatombe socio-ambiental. Degrada el área mediante la priorización de lo socio ambiental como mera escenografía turística, aumentando los sitios entronizados marketineramente como “glamping”.  Permite la venta de tierras con la naturaleza adentro. Se alinea con el Comando Sur de los EEUU que desde hace tiempo tiene lo ambiental como variable bélica (concepto reforzado recientemente por su Comandanta al hablar de litio y bienes naturales) siendo ellos precisamente los aliados de quienes ocupan nuestras Malvinas con potencialidad pesquera y de recursos no renovables. 

El DNU 70/23 permitirá arrasar naturaleza, bienes y ecosistemas con desarrollos inmobiliarios ( aún mediando incendios ). Intensificará la agricultura  químico transgénica, o la cría de ganado en superficies asimilables a tinglados para pollos. Desmantelará el control de la contaminación: Abrirá la puerta a la privatización del agua, y podríamos seguir, en una larga lista de las implicancias que esta norma directa o indirectamente supone.El desafío del campo nacional y popular es urgente. Primero, hay que consolidar inexcusablemente la unidad, tener enorme autocrítica, aceptar los aportes de quienes circunstancialmente no están gestionando pero saben, desarrollar capacitación política con conocimientos técnicos y de gestión. Debemos ser capaces de manejar la comunicación en forma moderna e integral. Valiente para sostener los bastiones públicos de la educación, de la  universidad, de nuestros municipios y de nuestra provincia. Es imperioso militar sin desmayos, ser solidarios, y trabajar por reconstruir la ya dañada democracia por quienes añoran,  por ser “gente de bien “,  tiempos militares y autoritarios. Tiempos que pensamos que no podrían volver, pero que han logrado, cual zombies , salir de las profundidades macabras  nuevamente a la superficie para iniciar un raid represivo, estigmatizador, excluyente  y negacionista. 

Acerca del autor / Homero Bibiloni

Abogado. Especialista y Docente en grado y postgrado en Derecho Administrativo y Ambiental (UNLP). Coordinador de la Carrera Gestión Ambiental en la UNAJ. Presidente del Tribunal Administrativo de la OEA (2018). Ex Secretario de Ambiente de la Nación y Presidente de Acumar (2008 – 2010).

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