Entrevistas

DESDE ZONA SUR HACIA EL MUNDO

Conversaciones: Juan Carlos Giménez, editor de la Revista Amaru

Por Martín Biaggini

Juan Carlos Giménez es vecino de Avellaneda y descendiente de españoles anarquistas. Su cuna fue un canasto  de la panadería familiar, en la cual dio sus primeros pasos. Fundó una revista y editorial que publica y distribuye a escritores locales desde 1975.

 

¿Cómo nace la Revista Amaru?

La revista Amaru es una revista que tira 5000 ejemplares y sale cuando puede, porque ahora estoy yo solo. Se envía por correo al extranjero y el resto se distribuye en mano y por correo argentino (que es uno de los correos más caros para los libros y las revistas literarias). Yo fui uno de los fundadores de la SADE filial Sur, e intenté hacer de los escritores un gremio, pero qué pasa, para hacer una mesa, uno pone los clavos, otra lija la madera, y otra corta las patas, en la mecánica lo mismo. Nosotros los escritores estamos solos frente al papel blanco, eso hace que el artista (no solo en la escritura, en la pintura, la música, etc.), sea un ser individualista, solitario, además del sistema en donde vivimos que es recontra egoísta, individualista, etc. Y encima consumista. Y a veces las letras no son un gran negocio.

¿Cuál es el origen de tu familia?

Mis padres son argentinos, pero mis abuelos venían de España. Vinieron en la década de 1920 del siglo pasado. La mayoría eran anarquistas que huían del fascismo y las dictaduras. Y acá, con esas corrientes migratorias, se formaron los sindicatos.

Una vez acá, mi familia eran todos panaderos. Había muchos libros en mi casa, en general novelas. Yo escribía en la panadería misma. El trabajo del panadero era muy duro. Yo odiaba la panadería. Mi cuna era un canasto de panadería. Yo me escapaba y me metía en la iglesia. Y el cura me quería mucho. Y yo venía de familia anarquista y era ateo. Pero el cura no me hacía laburar, y los anarquistas sí (ríe). En la panadería entonces, empecé a escribir. Escribía cuentos.

 

Los primeros pasos en la prensa

Empecé a trabajar en algunos periódicos, haciendo notas. El director del diario me hacía comentar libros y películas de gente que publicitaba en el periódico. Y yo no tenía libertad para elegir. Entonces me dediqué a hacer yo una revista literaria. Veníamos de otro grupo que se llamaba “El Ladrillo”, que publicábamos la revista “Vivir sin comas” (Nuria Pérez Jacky, Jorge Bocccanera, Juan C. Giménez, Nora Cao, Carlos Piñero, Oscar García y Liliana Grau) y nacimos dentro del grupo de los hermanos Talbo en Lanús, que a su vez viene de Fonrouge 51, un ateneo que dirigía Julio Félix Royano. Pero por diferencias de caminos decidimos separarnos, y entre Nora Cao, Victoria Suz, Nuria Pérez Jacky y yo, fundamos la revista “Grupo de arte Amaru, y algo más” (mayo de 1975).

La revista se iba a llamar Túpac Amaru, pero como en Uruguay había un movimiento que se llamaba así, y acá estaba la triple A (Alianza Anticomunista Argentina), decidimos ponerle solo Amaru.

El primer número de la revista salió en 1975 en estilo Tabloide, después comenzó a salir en su formato definitivo. Los primeros números se difundían de mano en mano. Antes salía seguido porque había un grupo, teníamos veinte años: éramos cuatro o cinco, después se fueron sumando más gente.

Durante la dictadura, estuvimos escapados a Europa (Julio Cantero que aparece en números posteriores), Higa que era un escritor japonés, despareció.  En el 76 estuvimos escondidos, pero la revista salía. Solamente por escribir, era jodido, vivíamos tres días en una casa, y tres días en otra, nunca en la casa de los padres. Solamente por escribir.

En esa época, estaba la revista “Ateneo” de Juan Carlos Talbo, la revista “Suburbio” de Avellaneda, la revista “Barrilete” que dirigía Santoro (del grupo Pan Duro). Santoro desapareció, era escritor, poeta y profesor secundario. Salía de la escuela, lo chocaron y nunca más. Colaboraba con la revista. Junto con Héctor Negro. Por la revista literaria Amaru paso mucha gente. Generalmente publicábamos al tapado, al de la vuelta de la esquina. A los que no tienen posibilidades de publicar y no tienen posibilidades de hacer su libro.

La editorial

A principio de la década de 1980, en paralelo a la publicación de la revista, nace la editorial Amaru que viene publicando a distintos escritores y los distribuye en Argentina y el mundo.

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