Recientemente se han recibido 72 estudiantes del Plan FinEs que lleva adelante la Universidad Nacional Arturo Jaurteche. En este texto, su coordinadora, Laura Bagnato, analiza dicha experiencia y postula la necesidad de sostener una nueva pedagogía: una pedagogía de la dignidad.
Relato de una experiencia
Desde 2014, la Universidad Nacional Arturo Jauretche viene llevando adelante un proyecto educativo novedoso, a partir de la implementación de un Bachillerato para adultos bajo la modalidad FinEs. Experiencia educativa construida pensando en las necesidades del territorio y en relación con el proyecto institucional de la Universidad.
El trabajo FinEs TIC UNAJ (Bachillerato para Adultos de la UNAJ) se fundamenta en la territorialidad e interdisciplinaridad, orientado a la conformación de un equipo de trabajo docente y no docente colaborativo y comprometido cuyo horizonte y participación son pensados desde una mirada institucional.
El enfoque de nuestra enseñanza, presentada de una manera muy sintética, considera que es fundamental el trabajo con los saberes previos de los y las estudiantes. Este trabajo apuesta y necesita del conocimiento de cada uno de lxs estudiantes, sus contextos, sus opiniones como para que en el proceso de transitar los contenidos de las materias puedan establecer conexiones y relaciones con los nuevos aprendizajes de manera innovadora. Esta innovación la planteamos desde dos sentidos: por un lado, desde nuestro reconocimiento de la diversidad; por otro, desde la incorporación de saberes imprescindibles de la actualidad, como la alfabetización tecnológica. En este sentido, cabe destacar que el compromiso de la tarea docente está ligado, entre otras cosas, a la confección de recursos y estrategias para trabajar con la diversidad de trayectos que presentan las y los estudiantes.
Nuestro principal propósito de enseñanza es que lxs estudiantes transiten los distintos contenidos y propuestas de las materias de manera “significativa”. Es decir, que haya un involucramiento personal, una comprensión íntegra del proceso de aprendizaje, incorporando a la tecnología como herramienta fundamental. En estos términos resulta imprescindible entender el proceso de enseñanza-aprendizaje como un proceso transformador para todos los actores involucrados.
¿Qué pedagogías?
Retomar como eje de discusión la cuestión sobre las pedagogías de una manera general, supone poder reflexionar sobre las concepciones que estructuran los procesos de enseñanza- aprendizaje que se dan en nuestras aulas. Procesos que a lo largo de este último tiempo en la Argentina, en la educación en general, y en la educación popular en particular, comenzaron a (re)pensarse, de la mano de diferentes figuras como el lugar del oprimido y la importancia de diversas cuestiones que abrían la posibilidad de revisar críticamente el aula, el proceso de enseñanza aprendizaje como el lugar del desarrollo de la libertad, la autonomía, la cooperación, la solidaridad, la importancia de la presencia en este proceso de los afectos y de la compasión.
Ahora bien, todas estas figuras, habilidades y cuestiones a tener en cuenta en el acto pedagógico, suponen comprender principalmente el acto de enseñanza- aprendizaje como el producto de una decisión política y por ende, como un acto político. Quisiera sostener la importancia de recuperar y revalorizar estas dos categorías – la política y la ideología- como ejes centrales de las formas en las que se conciben nuestras formas de comprender lo pedagógico (en este caso en particular) y en consecuencia, las formas de llevar adelante las acciones, estrategias y prácticas que se desprenden de dichas concepciones.
Figuras, habilidades y cuestiones que tienen la pretensión de poder desarmar las falsas formas en las que las concepciones tradicionales y conservadoras de nuestra educación disfrazan sus perspectivas y justificaciones excluyentes y elitistas; bajo nuevas formas neoliberales.
Concepciones a las que miles de estudiantes (de las diferentes etapas, áreas y/o modalidades) son expuestos cotidianamente, y a la que, de manera particular, lxs estudiantes de los sectores populares y más vulnerables de nuestro territorio afectan directamente.
Pedagogías de la Dignidad
Tomando aquellas figuras, herramientas y categorías que fueron anteriormente mencionadas como formas de comprender la pedagogía y la experiencia de nuestro Bachillerato para adultos, la idea que se pretende revalorizar a partir de la propuesta de las Pedagogías de la Dignidad, (que tiene una íntima ligazón con las propuestas freirianas de autonomía, solidaridad, libertad y la importancia de la presencia de los afectos en los procesos de enseñanza- aprendizaje), está ligada a otorgar a lxs estudiantes el lugar de protagonista-activo en sus procesos de aprendizaje; donde sus saberes previos son una parte central en la construcción de conocimiento. La construcción de conocimiento supone la posibilidad de entablar un diálogo profundo entre los diversos saberes (entendidos como informales y formales/ acreditables) que circulan en las aulas pero también por fuera de ellas. Diálogo que permite el enriquecimiento de los procesos pedagógicos; en los cuales docentes y estudiantes trabajan de formas colaborativas.
De manera trasversal, supone poner nuestro foco en el acompañamiento de las trayectorias de nuestros estudiantes. Trayectorias que vienen signadas por diferentes circunstancias que muchas veces obstaculizan el desarrollo “idealizado” que las formas más tradicionales y conservadoras sobre la educación suelen proponer como aquello que un o una estudiante tiene que hacer, rendir, aprender. La idea de trabajar con estudiantes reales, con toda su realidad (aunque suene redundante), permite poder pensar, reflexionar y construir los espacios educativos y sus procesos en vinculación con las distintas realidades de nuestro territorio.
Las Pedagogías de la Dignidad, suponen poner el foco sobre las formas y herramientas a disposición en estos procesos que permitan trabajar en un cambio profundo sobre las percepciones negativas acerca de las propias posibilidades o capacidades, que lxs estudiantes fueron construyendo sobre sí mismos y los suyos a lo largo de sus variadas trayectorias inconclusas. Percepciones que están arraigadas y que circulan por el sentido común sobre las posibilidades reales de que estos miles de estudiantes concluyan con “éxito” algún trayecto educativo. La dignidad está ligada con la autonomía y la libertad… con los afectos… con el “orgullo” de revalorizarse como sujetos de derechos pero también de revalorizarse y construirse como parte de un colectivo. La importancia de sentirse parte y de pertenecer a un proyecto que los interpela como sujetos con sueños, posibilidades y capacidades permite generar lazos de solidaridad, cooperación y trabajo sobre lo común intentando contrarrestar las formas individualistas con las que el mercado y el mundo del trabajo atraviesan nuestra vida cotidiana y pretenden destrozarnos. En este sentido entendemos que la dignidad está íntimamente ligada a las formas concretas y legítimas en las que la acreditación de los trayectos educativos permiten el acceso a otros derechos: el derecho al trabajo, a adquirir nuevos saberes, a la posibilidad de seguir estudiando y aprendiendo.
Las Pedagogías de la Dignidad suponen volver sobre aquellas formas colectivas de relacionarnos con el saber, que nos permiten desenvolvernos no sólo de maneras más justas e igualitarias a la vez que más humanas y solidarias. Pero por sobre todas las cosas, nos permiten generar proyectos educativos que hagan concreto el derecho de la sociedad en su conjunto de acceder a la educación. Acceso a la educación que implica que todos y todas podamos disfrutar, formarnos, sentirnos parte de un colectivo y partícipes de la cultura; y no sólo los mismos de siempre.
Acerca del autor/a / Laura Bagnato
Ma. Laura Bagnato es Licenciada en Ciencia Política (UBA). Actualmente se encuentra realizando su trabajo de especialización en Filosofía Política (UNGS) cuyo tema de investigación es sobre colonialismo y género. Es docente de la materia Prácticas Culturales que se dicta en la Universidad Nacional Arturo Jauretche y en la materia Teoría Política y Social II de la Carrera de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). A su vez, se desempeña como Coordinadora Pedagógica del Bachillerato para Adultos- Fines de la Universidad Nacional Arturo Jauretche y como Asistente Técnica Pedagógica en el Programa Fortalecimiento de la Escuela Secundaria del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Participa como investigadora en proyectos de investigación, de vinculación y voluntariado de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.