Siempre que se mencionan experiencias en Atención Primaria de la Salud en la Argentina y en América latina, surge como una inevitable referencia el programa de Atención Ambulatoria y Domiciliaria de la Salud (ATAMDOS) implementado en 1988 en la provincia de Buenos Aires durante la gestión ministerial de Floreal Ferrara.
Llama la atención la persistencia en la memoria de esta experiencia de casi treinta años y más aún teniendo en cuenta la fugacidad de la misma, ya que sólo se desarrolló durante un breve período, abarcó algunos municipios de la provincia de Buenos Aires e involucró a poco más de un centenar de equipos de salud.
¿Qué razones existieron y aún persisten para explicar esta vigencia? Es probable que una de esas razones, y no la menor, fuera la avasallante personalidad del creador de ATAMDOS, Floreal Ferrara. Para una generación Floreal fue sinónimo de Medicina Social, tal vez el primero ante el olvido que los años de proscripción del peronismo y luego la oscuridad dictatorial impusieron a la figura de Ramón Carrillo, cuando lo conocimos como docente en las postrimerías de la dictadura de Lanusse, en una cátedra en la cual era una solitaria y notoria referencia.
Lo vimos fugazmente como ministro del gobierno de Bidegain en la convulsionada provincia de 1973 y lo reencontramos en los equipos del CEPARJ (Centro de Estudios para la Renovación Justicialista) durante la campaña de Antonio Cafiero hacia la gobernación bonaerense en 1987.Y nuevamente en el Ministerio de Salud de la provincia, otra vez en un paso efímero, nos arengó y nos sedujo con su prédica sobre la Medicina Social, deslumbrándonos con la idea de ATAMDOS. Porque Floreal siempre fue un referente, sobre todo para los jóvenes a los que entusiasmó con su ágil y exuberante verborragia, proponiéndoles un camino que, originado en Carrillo, continuaba en él como conductor hacia el futuro posible de una revolución sanitaria. Pero no fue la única razón, la otra fue ATAMDOS.
Porque ATAMDOS sigue vigente no sólo por una memoria emocional sino como una de las concepciones más concretas y lúcidas pensadas y ejecutadas en el marco de los postulados de la Atención Primaria de la Salud.
Sigue vigente como definición operacional para la instrumentación de la estrategia de la APS (Atención Primaria de Salud), sin que hasta hoy en nuestro país se haya generado una propuesta superadora en este sentido.
Tiene vigencia su concepción del equipo de salud interdisciplinario enfrentando la complejidad de la problemática sanitaria, como abordaje superador del enfoque disciplinar e individualista propio del modelo biomédico, lo que también se expresa en la inclusión de profesionales de la salud mental, una propuesta ciertamente pionera en vista de las concepciones dominantes en la época.
La raíz de esta propuesta está inmersa en la profundidad del pensamiento de Ferrara cuando define a la salud como “el estado óptimo de vitalidad física, mental y social que surge del accionar del hombre frente a los conflictos y a su solución”.
Y dado que Ferrara concibe a la salud como un proceso dinámico, en el que el individuo y la sociedad accionan frente a los conflictos, es que piensa que sólo con su participación colectiva es posible perseguir el “optimo vital”.
Porque piensa al ATAMDOS fuera de los límites del Centro de Salud, yendo a la comunidad para adentrarse en su realidad y abriéndose hacia ella como espacio participativo, para hacer de la gestión no solo una tarea de “profesionales”.
El ATAMDOS de Ferrara evoca la imagen, rescatada por Jauretche del acervo yrigoyenista, del “taller de forja”, de un mundo que se derrumba para dar nacimiento a otro nuevo: un centro de salud con el bullicio de la participación y con un equipo de trabajadores creando una novedosa manera de abordar la complejidad de la realidad sanitaria.
Porque la tarea del equipo incluía el diagnóstico comunitario, el abordaje de la vulnerabilidad social, la identificación y tratamiento de la problemática ambiental, la interacción con las organizaciones libres del pueblo, sumado a la resolución de las patologías prevalentes siempre desde la perspectiva de la interdisciplina.
ATAMDOS formaba parte de una concepción sanitaria más amplia, la de un Sistema Integral Progresivo de Atención de la Salud (SIAPROS) que, rescatando la concepción carrillista, proponía para la provincia una organización sanitaria que integrara los tres niveles de atención, en un intento de superación de la fragmentación e inequidad existentes.
La concepción de Ferrara contemplaba la necesidad de mejorar el nivel de capacitación de los trabajadores de la salud, en especial del nivel técnico y de enfermería que en esos tiempos en su mayoría no tenía capacitación profesional. Para ellos, Ferrara ideó y puso en marcha el CEBAS (Centro Especializado Bachillerato de Adultos en Salud).
El CEBAS fue parte de un plan que en el campo de la enfermería incluía: la reconversión de Enfermeros/as empíricos en auxiliares de enfermería, la formación de enfermería profesional y universitaria y la profesionalización de la enfermería.
El principal obstáculo para este plan de formación era que la mayoría de los trabajadores carecían de estudios secundarios, por lo cual el CEBAS posibilitó que en pocos años un importante grupo de trabajadores, especialmente enfermeros, pasaran del nivel de auxiliares al de profesionales.
Pese a lo breve de la gestión de Floreal Ferrara, tanto el ATAMDOS como el CEBAS persistieron, uno en la memoria y el otro a través de los miles de trabajadores que pudieron realizar el anhelo de finalizar el secundario y culminar en una carreara terciaria o universitaria.
En la Argentina de hoy, ante la persistencia de los males que aquejan a nuestra salud pública, con el riesgo de ver agravada esta situación por la adopción de recetas que solo servirán para profundizar aún más la inequidad del sistema de salud argentino, nuestra evocación merece trascender la mera emotividad, volviendo imprescindible el rescate de Floreal Ferrara y ATAMDOS no solo como referentes sanitarios obligados de nuestro pasado, sino también como bagaje ineludible para enfrentar la tarea pendiente de construir un sistema nacional de salud con cobertura universal, con mayor equidad, sin barreras de accesibilidady que se exprese en la satisfacción y un alto nivel de salud de nuestros ciudadanos.
Acerca del autor / Vicente Ierace
Médico. Especialista en Neumotisiología. Titular de la Cátedra de Salud Pública (UNAJ). Ex Secretario de Salud de la Municipalidad de Florencio Varela. Ex Director Asociado del Hospital Mi Pueblo. Ex Director Ejecutivo de la Región Sanitaria VI (Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires).