Ariel Maximiliano Gonzales es un escritor que, si bien nació en CABA, tal como él lo expresa: “me crie en Quilmes, viví muchos años en el Villa Itatí y a principios del 2023 me mudé a la ribera de Quilmes. Fui cartonero, y reciclé mi vida escribiendo poesía. Me volví escritor para contar lo difícil que es combatir la abstinencia, y la lucha contra las drogas que instalan en nuestros barrios”. Es autor de los libros de poemas y relatos breves “Yo soy Ariel. Narrar la vida y los sueños para zafar del paco” (2023), y “Yo soy Ariel 2. Nada se convierte en mucho” (2023).
Nací y crecí en Villa Itatí. Mi crianza fue como la de cualquier chico de una
villa del conurbano bonaerense a comienzos de la década del noventa. El poxi y
la pasta base ya comenzaban a hacer sus estragos, pero con mis amigos
estábamos ajenos a esa amenaza porque teníamos contención familiar.
El fútbol, los caballos, cazar pajaritos con la gomera y jugar a las bolitas
eran nuestros entretenimientos, como los de cualquier chico. Además, iba a la
escuela, mientras los años transcurrían.
Con solo once años, en unas vacaciones de verano, quise y me propuse
tener mi propio caballo. Mi abuela me dio permiso para lavar parabrisas en un
semáforo, y así poder juntar el dinero hasta comprarlo. Moneda que juntaba se
la pasaba para que me la guardara, y en un mes pude ahorrar lo suficiente como
para poder comprar un petizo y, luego, otros caballos más”.