En este artículo los autores presentan algunos resultados del proyecto de investigación “CONICET-UNAJ “Tramas asociativas, organización social y Estado. Indagaciones en el período pos-convertibilidad en el territorio de Florencio Varela” dirigido por Matías Triguboff. Se analiza el caso de los Centros Integradores Comunitarios (CICs) en Florencio Varela.
La asunción de Mauricio Macri a la Presidencia en diciembre de 2015 inició un ciclo de reconfiguración del rol del Estado y las modalidades de desarrollo de las políticas públicas en Argentina. Los argumentos centrales del consenso de Washington reflotaron con fuerza para proponer una modalidad diferente de relación entre el Estado y la ciudadanía: ajuste del presupuesto estatal, precarización social y desregulación del mercado. No obstante, tanto en el análisis académico como en el debate público aparecen diferentes argumentos sobre las características específicas que tomó este proceso.
La resistencia de los CICs de Florencio Varela
Los Centros Integradores Comunitarios fueron impulsados por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación a partir de 2007. El objetivo era crear espacios institucionales conformados por equipos interdisciplinarios con la pretensión de articular políticas con los gobiernos provinciales y municipales, las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos sociales, para construir junto con la comunidad estrategias de desarrollo local desde un abordaje integral y participativo. Contiguo al CIC, o como parte de este, se instalaba un centro de salud.
En este sentido, se buscaba llevar adelante gran variedad de políticas sociales tanto municipales, como provinciales y nacionales. El objetivo central era aumentar la presencia del Estado en el barrio, especialmente el provincial y nacional que durante la década del ´90 se había ido retirando paulatinamente. Si bien la articulación interjurisdiccional fue más compleja de lo que los postulados del programa sugerían, a lo largo de esos años se llevó adelante un acercamiento de políticas públicas de los tres niveles de gobierno. En la mayoría de los casos fueron políticas gestionadas de manera separada en un espacio común (los CICs), en lugar de una implementación coordinada o articulada.
Entre las principales iniciativas, el Estado nacional facilitaba el trámite del DNI y pasaporte, estaba presente con todas las políticas públicas impulsadas a través de la ANSES (Progresar, Asignación Universal por Hijo, Garrafa Social, Jubilaciones, entre otras), propiciaba directamente cursos de oficio con salida laboral, etc. Con la llegada de la Alianza Cambiemos, estas políticas dejaron de estar presentes en los CICs de este distrito.
A partir de 2015, frente a la retirada de gran parte de las políticas públicas nacionales y provinciales, el Estado municipal tomó mayor protagonismo, a pesar de sus restringidos recursos.
Una lucha cotidiana
El Conurbano Bonaerense es un territorio complejo, particular, heterogéneo y desigual donde emergen tensiones y conflictos que ponen en vilo la autonomía de los gobiernos locales desde un enfoque economicista. La dependencia económica y financiera de estos hacia el gobierno nacional y provincial cercena la posibilidad de sus municipios de emprender una batería de políticas públicas que den respuestas a las demandas insatisfechas de sus locales. Según el XI Monitoreo Social del Centro de Estudios Metropolitanos de octubre de este año, el 57% de los encuestados del segundo cordón del Conurbano disminuyó la porción de comida, el 52% cree probable perder su trabajo y el 76% afirmó que el sueldo no le alcanza.
Los CICs son un claro reflejo de esa situación y un síntoma de los procesos de transformación que está atravesando nuestra población: suspensión de programas, mayor vulnerabilidad y nuevas demandas.
El trabajo desarrollado durante 8 años (2007-2015) construyó una trama de interacción en el barrio entre los vecinos, las organizaciones y los agentes municipales. Luego de 2015 esta trama fue la que garantizó la continuidad del espacio con características diferentes.
Tal como nos comentó una de las entrevistadas, vecina del barrio: “Este CIC tiene un componente humano muy importante. Eso es real. En todos los profesionales. Tiene un acercamiento con los vecinos que es muy lindo de ver. No lo digo por un área específica. Todos los profesionales, los talleristas, los médicos que están acá, tienen un compromiso enorme con la gente, y se siente un montón”.
También otro entrevistado sostuvo: “Específicamente este CIC tuvo picos. Si bien se siente el cambio de gobierno, creo que este CIC se sostiene gracias a la gente. Frente a los recortes de presupuesto del ministerio que dejó de transferir recursos para capacitadores, los talleristas siguieron viniendo como voluntarios (…) Se sostiene gracias a los vecinos, gracias a una gestión de Desarrollo (municipal) que permite que esto siga funcionando de esta manera”.
El municipio fundamentalmente se concentró en sostener y ampliar un conjunto de talleres de oficios (corte y confección, diseño de lencería, porcelana fría, vitrofusión, mimbrería), de recreación (boxeo, yoga, zumba, gimnasia, Folklore, ritmo latino, taekwondo, dibujo para chicos de 6 a 12 años), de apoyo escolar (inglés) y sociales (consejería para parejas, grupos de terapia y debates).
Mientras tanto, los recursos fueron disminuyendo y los niveles de vulnerabilidad aumentando. En las “salitas” contiguas a los CICs, se suspendieron los trabajos de limpieza y se redujeron los insumos de salud.
En las entrevistas realizadas una empleada del Centro nos relataba: “La otra vez me pasó que vino una señora que no tenía para sacar fotocopias para retirar la leche y no se la querían dar en la Salita, así que saqué de mi bolsillo sin pensarlo para que pueda sacar las fotocopia, tenía muchos chicos y veía que necesita la leche”.
Paralelamente van surgieron nuevas demandas: “Acá la mayoría de la gente viene por problemas de salud concretos. Ahora empezaron a venir más personas porque necesitan la leche o necesitan que los ayudemos con la asignación universal por hijo porque es lo único que tienen, no cuentan con otro recurso. Hoy hemos llenado 420 libretas de ANSES para la asignación. Pero bueno, la mayor demanda es sobre salud, mucha gente con estrés, diabéticos, empezamos a trabajar con talleres para esas personas, para que puedan tener los controles y podamos trabajar con el programa Prodiaba para que tengan medicación. Mayormente ahora recibimos a más adultos por el tema del estrés, que quedan sin trabajo, está creciendo la demanda por eso, mucha gente que quedó sin obra social vienen a hacer los controles de los chicos acá porque ya no tienen más médicos de cabecera, tienen que venir sí o sí al centro de salud”.
Menos recursos del Estado y mayor precarización social conviven con un gobierno local que quedó ubicado en el centro de la escena. Frente a un próximo cambio de gobierno es importante evaluar qué rol y función podrían cumplir los CICs en esta nueva etapa de la Argentina.
Los Centros Integradores Comunitarios potencialidades y desafíos
Sin duda la agenda social será un tema central en los próximos años. El trabajo de investigación realizado muestra algunos resultados que podrían contribuir para el diseño e implementación de las políticas de esta nueva etapa.
Los CICs buscaron no solo territorializar las políticas públicas del Estado nacional y provincial sino también propender a la integración comunitaria a través de la salud, la educación, la cultura, etc. La articulación propuesta no era solo entre los actores estatales sino que también buscaba involucrar a los vecinos y las organizaciones sociales del territorio en la cosa pública. Bajo esa propuesta, el Estado pudo lograr mayor protagonismo y presencia en los barrios de todo el país.
Sin embargo, no se logró una articulación de los tres niveles de gobierno, tal como proponían los objetivos iniciales de este programa. En su mejor momento, convivían distintas políticas que no lograron trabajar de manera conjunta.
El cambio de gobierno nacional y provincial de 2015 significó un decaimiento de actividades para los CICs. Con todo, el gobierno municipal se concentró en mantener y profundizar los talleres y actividades en estos espacios a fin de sostener no sólo la vinculación con el barrio sino también este dispositivo. Esas iniciativas en algunos casos permitieron que los vecinos generaran una fuente de ingresos. Tal es el ejemplo del taller de Manicura y Pedicura que implicó la posibilidad de que las vecinas pudieran obtener ingresos propios.
Una mirada general del proceso nos permite afirmar que es posible llevar adelante la territorialización de las políticas sociales a través de dispositivos estatales como los CICs, pero que la efectividad de las mismas está fuertemente relacionada con la disponibilidad de recursos y programas. En ese sentido, el desafío de los próximos años será, a partir de la trama política y social ya constituida, potenciar el trabajo con el fin de fortalecer la ciudadanía e integrar las políticas de los diferentes niveles de gobierno.
Acerca de los autores / Matías Triguboff e Iván Massucci
Matías Triguboff es docente de la UNAJ y de la UBA. Investigador Asistente CONICET. Director del Proyecto PIO CONICET-UNAJ “Tramas asociativas, organización social y estado. Indagaciones en el período pos- convertibilidad en el territorio de Florencio Varela”.
Iván Massucci es Abogado, Periodista con posgrado en Comunicación Política, estudiante avanzado de la Licenciatura en Administración con orientación en Gestión Pública Local en la UNAJ. Está finalizando una Maestría en Gobierno Local, una Especialización en Evaluación de Políticas Públicas y una Diplomatura en Docencia Universitaria. Su participación en investigación y temas de abordaje actual se centra en la coordinación interjurisdiccional de políticas públicas sociales de implementación local en el conurbano bonaerense.