Notas

MEMORIA

Botellas al mar

Por Ernesto Salas / José Alí

El origen de nuestro intercambio con José Alí fue el producto de una serie de eventos casuales que cruzaron nuestros caminos. Mi amigo Gabriel Rot había estado revisando viejos correos recibidos en el “El Topo Blindado” y me pasó uno antiguo (de 2014) en el que no había reparado hasta entonces y que, al verlo ahora, creyó que me iba a interesar. Habían pasado varios años, pero igual le escribí. Este es el mail que José envió al “Topo” en 2014. He procurado conservar intacta su forma de escribir.

 

Tal vez colaborar

3 de julio de 2014

Amigos: supe de ustedes por una compañera de Campana que es alumna de alguien de ustedes. Creo que del profe Rot. Bajé vuestra página y me siento invitado a decirles esto: Mi nombre es José Alí, alias “el turco”, de Zárate. Pertenecí hace muuuuuchos años al grupo urbano Uturunco. Nos comandaba Abraham Guillén. Venía todos los sábados a Zárate y nos instaba a la lucha armada que ya había comenzado en Tucumán. Éramos cinco, cuatro intelectuales de la burguesía zarateña y yo, del rioba, de allá del bajo. Viajamos en Junio a Cuba a recibir instrucción guerrillera. El gordo Cooke era nuestro jefe, Alicia la subcomandante, el Che era el Comandante General. Éramos 50 más o menos. Barbarroja Piñeyro nos puso nuevos nombres, yo me llamaba Ismael Valle, (el turco Valle). Fui compañero de gente inolvidable, los quise mucho en el monte, en la Sierra Maestra, en Pinar del Río y en Camaguey. Inolvidable el Vasco Bengoechea, Elías Semán, el turco Adry, Saúl Drager, el flaco Vélez (Gaggero), Clemente Saavedra, el teniente Papi, que murió con el Che,…Fidel venía dos por tres a hablar con nosotros. Nos agarró el bloqueo, estuve hasta diciembre del 62. Conocí a Ben Bella…” Benbela Benbela…Benbela…no le digan bembe…díganle candela cantábamos…también cantaba el pueblo cubano. “Nikita, mariquita, lo que se da no se quita”…fue tremendo el discurso de Fidel, lloraba, explicando por qué había que levantar los cohetes… Comprenderán…pleno bloqueo…Perón no apoyo a Cooke, el Che se indignó, estaba con nosotros el manco que le puso una bomba a Isaac Rojas en pleno desfile y le estalló en la mano , no lo podíamos parar, furioso descargaba su Garand al aire…todo se vino al piso…algunos salimos de Cuba en diciembre del 62, iban a ser 2 o 3 meses …fueron casi seis largos meses de Sierra Maestra, de la cueva de Escalona, de la finca Tabares, de cartas que no llegaron a nuestra familias , de ayudas económicas que alguien usurpó…yo volví a Zárate, hecho nada, otros se quedaron en París,…después…”que importará el después..” Un abrazo para todos ustedes, estoy viejo, tengo 76 y vivo con mi compañera de toda la vida. Un abrazo.

Uturuncos

23 de abril de 2018

Estimado José.

A veces la vida da unos giros extraños y posterga acontecimientos para un futuro incierto.

Me acaba de pasar Gabriel Rot un correo que le enviaste hace varios años y que se le había extraviado en un mar de mensajes. En él le contabas tu experiencia en los grupos Uturuncos de Zárate, el contacto con Guillén, tu paso por Cuba.

Soy autor del libro “Uturuncos, la primera guerrilla peronista”. Me pongo en contacto contigo para intercambiar historias. Tengo un amigo que está estudiando la vida de Abraham Guillén y que no dudo le gustaría conocerte.

Bueno, primer contacto por ahora. Espero que esta nueva botella al mar funcione y podamos finalmente comunicarnos

Un abrazo

 

Botellas

25 de abril 2018

botella, botella,

salgase del mar

y déjeme ver

lo que Ernesto

querrá.

Uturuncos ?….uturuncos decis ?…Guillen, Cooke? Bengoechea? Semán?, Alicia? Che? Papi? Cuba…Cuba…allá fuimos a entrenarnos, ENTRENARNOS te lo escribo de nuevo ENTRENARNOS,!!!!!!! QUE RAYE!….pará que te cuento querido Ernesto, estábamos en la Sierra Maestra y parecíamos de la legión Extranjera, allí brotaba en el cansancio y el hambre el espíritu de solidaridad de los verdaderos idealistas. Eso es otro cuento, y nuestro jefe Cooke, otro cuento, y así y así se me despierta, después de tus líneas, esta suma de recuerdos que tomaron la libertad de decir que ya josé cumplió ochenta, y te darás cuenta que me agarrastes justito, porque se mira atrás, tan atrás, que ni yo me creo a veces haber vivido aquello de Cuba y del comandante Almeida que me eligió una noche para una guardia…y me dio una M1 y que la tuviera conmigo. El bloqueo frenó seis meses mi “a la noche vuelvo, haceme milanesas”, mi hija tenía un mes, pero Guillén dijo que los Utu ya habían empezado, nosotros debíamos formarnos en la guerrilla urbana y en la de monte también porque el urbano deberá tarde o temprano irse al monte. Hay que prepararse YA, algunos lo hicimos. Cuba era el ejemplo. Y nos ayudarían.

Paya fuimos.

Uy Ernesto, disculpá.

 

La llama de esa memoria

25 de abril de 2018

 

Hola, José, mucho gusto de conocerte y, como te dije, poder conocer la historia de tus experiencias uturuncas/cubanas.

En tu correo original decías que habías formado parte de un grupo urbano de los Uturuncos en Zárate y que los visitaba Abraham Guillén, con quien tuviste trato.

Y que después fuiste parte del grupo de compañeros que viajaron a Cuba con Elías Semán. Hace ya unos años tuve varias charlas con José Frazzi, un compañero que afirmaba haber formado parte de esa experiencia en la isla. Y también con Julio Robles quien, desde Córdoba, mantiene viva la llama de esa memoria

Si a vos te interesa, me gustaría que me contaras tu experiencia de vida. Si querés puede ser por escrito o, si cuadra, podríamos grabar una entrevista.

Como te dije, un amigo, Guillermo “Cuco” Ñañez, está investigando la vida y la obra de Guillén y a lo mejor puedas ayudarlo con tus recuerdos.

Por ahora te mando un abrazo y las gracias por haber respondido mi correo

 

Todo quedó tan lejos

25 de abril de 2018

sabe por qué?, pues yo volví a mi casa el trece de diciembre del 62, mi esposa me esperaba, nunca supo de mí, no le llegaron mis cartas, no le pasaron los pesitos prometidos…al fin llegué a mi casa. Atrás quedaron muchos compañeros. Veinticuatro años creyendo que uno tiene la vaca atada. Yo fui Ismael Valle Montes, me decían “el turco Valle”, la mayoría con seudónimos. Cuando llegamos en mediados de junio, esa misma noche el G2 nos llevó los documentos y aconsejó seudónimos.

Y pasó el tiempo. Yo trabajaba en un restaurant siendo socio, después lo compre y trabajabamos de noche con mi esposa. Gente bohemia, nocheros la mayoría, gente de teatro, de cine, poetas, estudiantes, y entre ellos, algún monto y varios erpinos. El 24 de Marzo del 76 , a la noche, en pleno funcionamiento del restaurante entró un tipo y se sentó fui a atenderlo y me pidió un café y un coñac, cuando fui al mostrador no sé qué gritó parándose y entraron más de diez tipos de civil y armados, con cananas, todo el mundo contra la pared, me agarraron entre varios me sentaron en el medio del salón y me amarraron y encapucharon y me sacaron de allí y me metieron en un Falcon rojo con techo de vinilo negro, según algunos vieron , y me llevaron de aquí para allá rompiéndome el alma con todos los voltios todos y estuve en el ara murature, en las bodegas de ese barco fue lo peor y además los simulacros de fusilamiento y las encías y el pene y las fosas nasales, y el ano, hijueputas, nueve días de infierno detalles aparte, miles, me fui de Zárate dejando todo, huyendo me refugié en Ingeniero Budge, donde mi suegra, me fui después de tres años y conseguí documentos y nos fuimos a Colombia, hace cuatro o cinco años volví a Zárate. Después de la crucifixión, en sociedades primitivas, el castigo más grande era el destierro.

Doy fe. Estoy incoherente, me salgo, se me va la memoria, es que no me cabe en la cabeza tanta vaina, como dicen allá.

P/D: para más datos míos: estuve en la Finca Tabares, en la cueva del comandante Escalona, nuestros instructores eran el teniente Rómulo y el teniente Papi. Un cocinero se llamó Antoñico.

 

La vida como río

2 de mayo de 2018

La vida es como un río que corre torrentoso. Después de sus albores, se desborda, se sale de vaina y al final desemboca a descansar en el estuario de la edad madura. Momento, al fin, en que las razones abruman más que nuestros actos pasados.

Como decís, a veces la mente se sale, la memoria es esquiva, pero, torbellino de pasiones, quien te quita lo bailado.

Como te salga, te pido que sigas desenredando tus recuerdos, aunque estos surjan deshilvanados. Si todavía querés, antes de contarme de Cuba, escribime de Abraham Guillén, de cómo era, de cuándo los visitaba, de lo que decía, pensaba, de por qué había Uturuncos en Zárate, de quien los convocó para ir a Cuba (¿Alicia, John?), de lo que supieron que había pasado en Tucumán.

Un abrazo.

 

El Maestro

2 de mayo de 2018

Estimado Ernesto: a Guillén lo conocí en la biblioteca José Ingenieros, biblioteca popular creada por anarquistas y comunistas que recalaron en las industrias de Zárate. Bien zurda, en aquellos años se la pasaban en cana sus fundadores. Y allí venían conferencistas. Uno de ellos fue Guillén. Presentó el libro “La agonía del imperialismo”. Nos volvió locos.

Sobre todo el capítulo “Guerrilla urbana”. Pasaron varias semanas y se hablaba en el ambiente intelectual (digamos) de los Utu en Tucumán y paralelamente del triunfo de Fidel y el Che y nosotros allí con Chejov, Madre Coraje, Sandino, Los siete Locos, Roberto Mariani, Cenizas y diamantes, Atentado…¡¡¡¡¡¡¡Uy cuando vimos Atentado nos enloquecimos del todo. Y Guillen vino otro sábado, y no fuimos a la biblio, fuimos a la ruta 9 afuera de Zárate, en un potrero esquinado, bajo un frondoso árbol, el maestro dijo: ¿que pasaría si ustedes fueran convocados a formar un frente único clandestino, para apoyar a los Utu ahora mismo? El sí fue general.

Éramos diez o doce, ninguno pasaba los veinticuatro años y estábamos dispuestos a lo que la revolución nos pidiera. ¡Fa! éramos “revolucionarios”…

Recibiríamos instrucciones semana a semana, nuestro “responsable” era José Luis Goyena, de Zárate, universitario (Campito allá).

Todo iba a ser refácil. El maestro nos visitó una vez más. Ganábamos siempre. El entusiasmo de Guillén era increíble, de mediana estatura, lo recuerdo enjuto, dinámico, nervioso, gris, tomó el Chevalier de tardecita y lo vi tan pequeño y solo.

Nunca más lo vi. Supe que estuvo en Cuba cuando nosotros, pero no lo supimos. Fue en Marzo del 63, creo, que me visitó en Zárate un compañero apodado Chango, reloco, echaupalante, del grupo nuestro en Cuba, cordobés, acompañado de un pibe que dijo ser hijo de Guillén. Nunca más lo vi a ese pibe. (Al Chango lo mataron en Brasil, robando un Banco) (Me lo dijo Carlos Lafforge que le recortaba las escopetas).

Sí, Guillén era la revolución parlante, ¿no tenemos armas ?, pues se las quitamos…qué coño..!

Y uno, yo, por lo menos, imbuido por el barrio y sus carencias, y mi casa, y el asma de mi vieja y el asma de mi viejo, y mis tres hermanas y el frío color pobreza y el zapatero del barrio que te dice como buen bolche: “sabes pibito, si la riqueza se repartiera equitativamente qué felices seríamos”.

Y eso nos hablaba el maestro, y era todo un sueño, atentados, secuestros, confiscaciones patrióticas, sabotajes, pobre de ellos…..Ojo…llegábamos nosotros y nos poníamos a cantar “y se acabó la diversión”….. ¡qué grande! mi patria socialista, sin hambre, sin analfabetos,….. ¿Cómo no soñar carajo?, sí, le hice más caso a lo utópico de todo aquello.

Nunca más lo vi, supuse que nuestro viaje lo coordinó él con Cooke y Goyena.

Increíble Ernesto como me afloran los recuerdos.

Bien, piano, piano….

Esta noche cero oil cannabis, seguiré escribiendo. un abrazo. mil mates.

 

Ese mismo día José me mandó un video subido en YouTube. El asunto en el correo lo tituló “Mi barrio”. El mensaje decía “oíme esto” y el video se llamaba Panadería La Fe. Se puede ver en https://youtu.be/nCj-AkQVnHY.

 

Un tiempo interesante

7 de mayo de 2018

El tiempo es generoso con los pacientes, José. Es por eso que, sin apuro, convoco tu memoria y esa manera de escribirla que es, como debe ser, el hilo de los recuerdos.

Hace poco leí una frase de Cortázar que me encantó:

“La revolución es un mar de trigo en el viento, un salto a la garrocha sobre la historia comprada y vendida”

Estabas en Zárate. Contame del grupo de pibes que se juntó, de lo que pensaban, si eran peronistas, con quiénes estaban conectados y de por qué fueron elegidos para ir a la isla.

Nada, estoy coleccionando tus escritos, de puro gusto nomás. Espero que quieras seguir haciéndolos.

Abrazo

 

El 15 de mayo volví a recibir noticias de José. Otro video con el mensaje:

“algo de mi infancia esta en: alicotur1 https://youtu.be/2PeYAFenVfc

un abrazo estimado Ernesto.

 

¿sigo entonces con mis garabatos?

13 de junio de 2018

 

(8 y 59 hs. y estoy oyendo ” ha comenzado el paro de camioneros…………)

un abrazo Ernesto.

 

Sigamos pues

15 de junio de 2018

 

Sigamos pues, me hice historiador para entender lo que había pasado conmigo y con mi tiempo. Todavía ando en eso. Nuestras reflexiones son también un argumento del por qué de nuestras vidas. Plumas del destino que nos va llevando, aunque nuestra voluntad guíe el vuelo para el “adonde no” y a veces, de todos modos, no podamos evitarlo.

Escuché tus recuerdos de infancia en los links de youtube que me mandaste.

Garabateá nomas

Abrazo

 

Después de esta fecha, nuestra comunicación se cortó. José no me escribió más. Me gustaba su forma de contar. Nunca supe dónde vivía ni tengo la forma de ubicarlo.

Donde estés, José, a tu memoria.

 

Acerca del autor/a / Ernesto Salas

 

Ernesto SalasLicenciado en Historia, Universidad de Buenos Aires. Director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Investigador de la historia argentina reciente en el campo de los conflictos sociales y políticos de las décadas del cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX. Es autor de los libros: La Resistencia Peronista: La toma del frigorífico Lisandro de la Torre (1990), Uturuncos. El origen de la guerrilla peronista (2003); Norberto Habegger. Cristiano, descamisado, montonero (2011, junto a Flora Castro); De resistencia y lucha armada (2014) y ¡Viva Yrigoyen! ¡Viva la revolución! (2017, junto a Charo López Marsano).

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