Ezequiel Alberto Iglesias, conocido con su nombre artístico de “Echu”, es un rapero oriundo del barrio de Rafael Calzada, zona sur del conurbano de Buenos Aires. Escucha rap desde sus 6 años y viene expresándose a través de este género musical desde el año 2017. Apunta a la inclusión social de los barrios bajos y como él mismo expresa, de toda la gente “de abajo”, componiendo sus canciones con estilo callejero y basado en vivencias reales.
A veces pienso que me voy a derrumbar,
a veces pienso que esto no da para más.
Es que a veces todo me tira para atrás,
y no hay forma de expresar ni demostrar.
Ni llevar a otro lado este plano
tan marginal, sub mental e irreal.
A veces escribo cosas que ni yo entiendo.
Y eso es obra de los malos pensamientos
que entran en mi cabeza, si todo fuera fácil…
Rimaría con cerveza o destreza, inteligencia,
o cualquier mierda de esas.
Pero caigo en un abismo que a la vez está
lleno de realismo, sufrimiento por pérdida.
Todo esta mal y a veces
me equivoco a propósito para tener algo corregible.
Otras veces me pierdo y aparezco volando como un dirigible
La cuestión es que no tengo paz interior.
Cierro los ojos y todavía siento tu olor,
eso es una mierda y no siento rencor.
Es solo que me critican si escribo algo que rime con amor.
Tengo como todos un ángel y un demonio en cada oído,
que siempre están conmigo, supuestamente uno es el mal
y otro el bien, últimamente uno me dice que mande todo
a la mierda y el otro también.
No soy alcohólico ni malestar quiero transmitir,
pero esta canción es para escucharla borracho,
con un 38 en las manos decidiendo si vivir o si morir.
No me considero un suicida porque nunca hacemos lo que
la bronca nos susurra y tampoco soy un zombi con la
cabeza burra.
Esto es una reflexión, o sea yo mismo me analizo
en cada situación y cada sensación de evolución.
Me sumerjo en un mar de auto relajación.
Escribo lo que vivo ya es una puta repetición.
Hoy escribo lo que siento, aunque cuando leo
no le encuentro una definición ni explicación.
Fumarse un porro en una estación, no es una
adicción, matarse día a día con nicotina
no es una adicción.
Creerse una utopía inyectarse monotonía,
ser esclavo del sistema y vivir con ironía
eso es más que adicto y demasiado práctico,
pero está en cada uno darse cuenta y alejarlo.
A veces imagino paisajes que no existen,
es que a veces los recuerdos me persiguen.
Hoy estoy escribiendo sin demasiado pensar,
capaz en algún párrafo se me haya olvidado
rimar, pero bueno que más da si escribo a veces
nada más.
Llegando a mi último renglón si tuviera que sacar
una conclusión y sin recordar lo que escribí
una oración anterior
diría que a veces cuando escribo voy y vengo
como un yo yo, pero lo que más me sorprende,
es que a veces, el que escribe no soy yo.