Ambiente

UNA ENCUESTA CENTRADA EN LOS USUARIOS

Contaminación sonora en el Subte

Por Elías Daniel García

A pesar de que la sufrimos, no siempre somos conscientes de los efectos que produce la contaminación sonora en nuestras vidas. Un estudio de la Universidad Nacional Arturo Jauretche revela el conocimiento de los usuarios acerca del problema y las propuestas para resolverlo.

 La investigación “Percepción de usuarios del subterráneo de Buenos Aires sobre contaminación sonora” aborda un tema de gran relevancia en la gestión ambiental urbana: la exposición de la población a la contaminación sonora en el sistema de transporte subterráneo de la capital argentina. Este estudio tiene como propósito investigar cómo los usuarios perciben y reaccionan ante la contaminación auditiva y si toman medidas para proteger su salud. La exposición constante al ruido, que en muchas ocasiones excede los 70 dB recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede provocar desde fatiga y pérdida auditiva permanente hasta efectos negativos en otros sistemas corporales, como el cardiovascular y el nervioso.

El subterráneo de Buenos Aires es un sistema de transporte esencial, utilizado diariamente por alrededor de 1.300.000 personas para desplazarse rápidamente por la ciudad y evitar el congestionamiento vehicular. No obstante, la infraestructura y la antigüedad de algunos trenes, junto con el diseño de las estaciones, contribuyen a generar niveles de ruido que pueden alcanzar y superar el umbral de dolor (130 dB). Este escenario se agrava debido a la falta de modernización de algunas líneas y la necesidad de viajar con las ventanas abiertas, lo cual incrementa la entrada de ruido.

La contaminación sonora, definida como un exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente, tiene efectos adversos no solo en el órgano auditivo, sino también en el bienestar general. La exposición prolongada al ruido puede causar irritabilidad, problemas de sueño, estrés crónico y enfermedades cardiovasculares. Este trabajo resalta la importancia de la percepción individual, la cual está influenciada por factores personales como la experiencia y la sensibilidad auditiva.

Para la obtención de los datos se realizaron encuestas semiestructuradas a 100 usuarios en diversas estaciones del subte durante un período de seis días, abarcando diferentes franjas horarias y días laborables. La elección de las estaciones y la cantidad de encuestados por estación se realizó mediante un sorteo aleatorio. Las encuestas incluyeron preguntas sobre la percepción del ruido, los síntomas experimentados y las medidas de mitigación adoptadas, como el uso de tapones auditivos.

Los participantes debían cumplir ciertos criterios: ser mayores de 15 años y menores de 60, sin disminución auditiva previa y con un uso regular del subte de al menos cuatro viajes semanales. Esta selección buscó garantizar que los encuestados tuvieran una experiencia suficientemente representativa de la problemática.

La investigación obtuvo los siguientes resultados: El 91% de los encuestados afirmó haber experimentado afectaciones por la contaminación sonora en general, mientras que un 86% reconoció haber sufrido estos efectos durante sus trayectos en el subte. Los síntomas más comunes reportados fueron dolores de cabeza, molestias en los oídos y sensaciones de estrés o ansiedad. Los datos mostraron que las estaciones más ruidosas y las líneas más problemáticas coincidían con aquellas en las que los trenes eran más antiguos o carecían de sistemas de ventilación adecuados.

No se encontraron diferencias significativas en la percepción de la contaminación sonora entre géneros, aunque se observó una ligera tendencia a una mayor sensibilidad en las mujeres. Este hallazgo, aunque no concluyente, invita a considerar factores de género en las futuras investigaciones.

Las discusiones y conclusiones a las que arriba el estudio fueron, en primer lugar que la falta de concienciación y de medidas preventivas entre los usuarios del subte es un aspecto relevante. En segundo lugar, aunque la mayoría de los encuestados era consciente de los efectos negativos del ruido, pocos tomaban medidas para protegerse. Esta situación resalta la necesidad de campañas de sensibilización y educación que informen sobre los riesgos de la exposición prolongada al ruido y fomenten el uso de dispositivos protectores, como tapones auditivos.

Las recomendaciones del estudio incluyen la modernización de la flota de trenes, la incorporación de materiales absorbentes de sonido en las estaciones y dentro de los vagones, y la implementación de campañas de concienciación tanto en estaciones como en medios educativos. La empresa concesionaria Emova ya ha comenzado con la renovación de algunos coches, destacando la reducción de ruido que proporcionan los sistemas de aire acondicionado y ventanas más herméticas.

Este estudio deja abiertas varias líneas para continuar la investigación. Se sugiere ampliar el tamaño de la muestra y diversificarla para incluir distintos grupos demográficos y horarios, y comparar las percepciones de los usuarios en otros medios de transporte público, como los trenes y los autobuses, que también presentan problemas de contaminación sonora. Asimismo, se recomienda el desarrollo de estudios longitudinales que evalúen el impacto a largo plazo de la exposición al ruido en la salud de los usuarios, así como la exploración de tecnologías y materiales innovadores para reducir los niveles de ruido en los sistemas de transporte.

En conclusión, nuestra investigación confirma que la contaminación sonora en el subterráneo de Buenos Aires es un problema real que afecta la calidad de vida y la salud de sus usuarios. La combinación de políticas públicas, modernización de la infraestructura y educación puede ser la clave para mitigar sus efectos y promover un entorno más saludable y sostenible en la ciudad. 

Acerca del autor / Elías Daniel García

Licenciado en Gestión Ambiental (UNAJ). Docente de educación secundaria.
Berazategui.

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