¿Es posible diseñar la conducta humana? Cómo los experimentos científicos basados en tecnologías persuasivas podrían condicionar de manera integral la forma de vida
El desarrollo de la tecnología, en tanto conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico, es una forma de ordenar y mejorar las capacidades de la actividad humana para hacer frente a la problemática que las personas afrontan al modificar el medioambiente para mejorar su calidad de vida, confort y/o supervivencia.
La actividad humana, a partir del conocimiento científico aplicado para mejorar su estar en el mundo, genera objetos prácticos de uso único o sistemático, por ejemplo un código o una máquina, que son construidos con una cierta técnica y para un determinado fin en un sistema social o económico, y no por una dinámica interna propia del sistema tecnológico.
Langdon Winner, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Berkeley, en su texto “Do Artifacts Have Politics?” (“ Tienen política los artefactos?”) (Winner, 1980), afirma que hay dos formas en que los artefactos pueden poseer propiedades políticas: una, condicionando los usos, es decir educando al ciudadano, en tanto la tecnología tiene una determinada forma de utilizarse; y otra, condicionando la forma de vida íntegramente en pos de una producción basada en artefactos tecnológicos; recordemos el caso de la ciudad de Pripiat en Ucrania (Chernobyl) o más cercano el caso de Fabricaciones Militares en la localidad de Azul o San Nicolás de los Arroyos con la producción del acero de SOMISA y posteriormente Ternium Siderar.
A las dos consideraciones de Winner podemos sumarle una tercera, basada en el condicionamiento de la forma de vida íntegra que es la que correspondería a Silicon Valley que, mediante el uso de tecnologías persuasivas, proyecta trastornos del comportamiento en una población objetivo, los cuales se caracterizan por la necesidad compulsiva e incontrolable de estar conectado a las redes sociales (Anáhuac Red de Universidades, 2023), lo que lleva a una pérdida del control y una interferencia significativa en la interpretación, narración, y por ende comprensión, de la vida diaria de la persona creando una ausencia total del entendimiento del entorno (Byung-Chul, 2023).
Siglo XXI, el diseño de conductas aplicado
El eje del dominio en las relaciones internacionales es la imposición de la voluntad al adversario. La guerra es el evento más destacable de las manifestaciones en busca de este objetivo. Pero hay otras acciones, continuas y cotidianas, por debajo del umbral de la violencia que necesitamos tener en cuenta, ya que tienen un costo relativamente bajo y generalmente son autosostenibles.
A la política de los artefactos identificada por Winner mediante dos campos, en la que el diseño de los mismos moldea la actividad del usuario, y por lo tanto su comportamiento y el de la sociedad (Lockton, Harrison, & Stanton, 2010), debemos sumarle una tercera forma, que es la del diseño de conductas mediante las tecnologías persuasivas aplicadas.
La tecnología persuasiva es un ejemplo claro de diseño destinado a obtener como resultado un determinado comportamiento, no en, sino de las y los usuarios, mediante el modelado de la percepción respecto de qué acciones son posibles y cuales son restringidas (Lockton, Harrison, & Stanton, 2008).
Nora Merlín, Magister en Ciencias Políticas y discípula de Ernesto Laclau, en su obra “Colonización de la subjetividad”, afirma que, como régimen de colonización de la subjetividad, el neoliberalismo (y por extensión el concepto del anarco capitalismo) obtura, con objetos tecnológicos y sus productos asociados, la falta estructural del sujeto y de lo social, rechazando lo que hace límite o funciona como imposibilidad, lo cual condiciona la construcción de vínculos de cara a la construcción de comunidad (Merlín, 2017)
En Estados Unidos, el Laboratorio de diseño de comportamiento (Stanford Behavior Design Lab) de la Universidad de Stanford es líder en el desarrollo de un conjunto sistemático de herramientas para pensar y diseñar conductas humanas. Fred Terman, su decano en 1951, comprendió que la inversión del estado federal en investigación había conducido a la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces que desarrolló el Parque Industrial de Stanford en Palo Alto, California (Gawel, 2011).
“Está el dinero del gobierno, está la universidad y la industria. Quería un vínculo estrecho entre la industria y la universidad con el dinero del gobierno apoyando la educación de los estudiantes que luego ingresarían a la industria. Ese era el modelo en el que estaba trabajando y que pensaba que tenía grandes oportunidades para hacer grandes cosas” (Gawel, 2011)
En ese contexto de nacimiento y desarrollo tecnológico de Silicon Valley, los equipos académicos de la Universidad de Stanford avanzaron sobre estudios de conductas, siendo uno de los proyectos más conocidos por su crueldad el denominado “Experimento de la cárcel de Stanford” del año 1971. Fue, de alguna manera, la continuación de lo desarrollado en la Universidad de Yale (EEUU) bajo el nombre de “Experimento de Milgram”, una serie de ensayos de psicología social basados en la experiencia de los juicios de Nüremberg, llevada a cabo por Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale, y dados a conocer en un artículo publicado en el año 1963 en la revista Journal of Abnormal and Social Psychology bajo el título «Behavioral Study of Obedience» («Estudio comportamental de la obediencia») (BBC, 2018).
El “Experimento de la cárcel de Stanford” fue financiado por el gobierno de los Estados Unidos , con el objeto de entender el origen de los conflictos en su sistema penitenciario. Consistió en seleccionar 24 estudiantes, la mayoría blancos y de clase media, divididos en dos grupos, asignándoles aleatoriamente el rol de guardián de la cárcel o prisionero. La actividad estuvo a cargo del profesor Philip Zimbardo, ex presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología y tuvo que suspenderse por los altos niveles de conductas abusivas que al poco tiempo se convirtieron en sádicas. La conclusión a la que se arribó es que la situación influye en la conducta humana; poner a personas buenas en un lugar malo las hace actuar mal o resignarse a ser maltratadas, a punto tal que Zimbardo afirmó: “la mayoría de nosotros podemos ser seducidos para comportarnos de una manera totalmente atípica con respecto a lo que creemos que somos” (BBC, 2018)
De la cárcel a las tecnologías persuasivas
Brian Jeffrey Fogg es Licenciado y Magister en Artes por la Universidad Brigham Young y Magister y Doctor en Comunicación por la Universidad de Stanford, donde tuvo como asesores de su proyecto de doctorado a Clifford Nass, Byron Reeves, Terry Winograd (Ciencias de la Computación) y a Phillip Zimbardo (Psicología) siendo discípulo de este último (Fogg, 2024).
En 1998, Fogg funda y dirige el Persuasive Technology Lab, área de investigación que promueve métodos y modelos para el cambio de comportamiento humano y que enseña a empresas innovadoras en la industria de las comunicaciones cómo funcionan realmente las conductas. Hoy, esta área de investigación es conocida como el Stanford Behavior Design Lab (Laboratorio de diseño de comportamiento de Stanford)
Estos programas han sido desarrolladores de conceptos de comportamiento para empresas de renombre, tales como Instagram, Facebook Apps y Clubhouse , entre otras (AcademiaLab, 2024). Su campo de acción implicó la investigación del uso de computadoras como tecnología persuasiva para influir en las personas, poniendo énfasis en la educación y el aprendizaje. En el marco del Instituto de Investigación Avanzada de Ciencias y Tecnologías Humanas de Stanford se realizaron investigaciones de vanguardia sobre cómo se pueden diseñar productos informáticos (desde sitios web hasta software para teléfonos móviles) para cambiar lo que las personas creen y hacen y, por ende, el cambio del comportamiento social destinado a crear una comunidad global transdisciplinaria fuerte y generar nuevos modelos de transformación sostenibles a gran escala (Stanford University, 2024)
En el año 2012, Facebook manipuló a 700.000 usuarios para obtener evidencias de contagio emocional en escala masiva a través de las redes sociales, generando estímulos para que las y los usuarios generen posteos positivos o negativos (Bilinkis, 2019) al mejor estilo del condicionamiento clásico demostrado por la teoría de Pavlov. En definitiva, un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación, un conocimiento de la dominación sobre la psiquis en un nivel prerreflexivo (Byung, 2022)
De la caverna de Platón a la meritocracia de falsa bandera
La Universidad de Stanford, mediante la aplicación de proyectos de investigación en los productos de la industria de la comunicación digital, genera cambios de conductas en los usuarios de esas herramientas a escala global que están dentro del marco de lo que puede considerarse adicciones, ya que están diseñadas para fomentar y multiplicar su uso (Universitat Oberta Catalunya, 2020).
Pero estas tecnologías y sus laboratorios de origen no son solamente emprendimientos del mundo privado sino que responden a inversiones específicas y concretas del Estado norteamericano como una herramienta de proyección del concepto de poder blando (Soft Power), concepto acuñado por Joseph Nye, geopolitólogo y Ex subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional de los EEUU. Estas inversiones son celosamente custodiadas por el Departamento de Defensa.
En el mes de octubre del año 2023, la Universidad de Stanford fue condenada por el Departamento de Justicia norteamericano a pagar una multa de U$S 1,9 millones por tener investigadores y asistentes de investigación que habían recibido -o esperaban recibir- compensación del extranjero por su trabajo en 16 proyectos con financiación del US Army (Ejército), la US Navy (Armada), la USAF (Fuerza Aérea), la NASA y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF). Además, Stanford no informó al Ejército, a la Fuerza Aérea ni a la NSF de que uno de sus profesores recibió pagos por su trabajo en la universidad pública china de Fudan, entre otras instituciones (Agencia EFE S.A, 2023).
Conclusión
La interacción entre las inversiones estatales norteamericanas y el sistema universitario se encuentra estrechamente ligado y sistemáticamente controlado con la intención de no solamente crear sentido en las poblaciones objetivo sino, además, sostener y multiplicar herramientas de poder blando de carácter autosustentable que mediante su programación puedan inducir a las comunidades a tomar decisiones a favor de intereses contrarios a su propio beneficio como sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
AcademiaLab. (12 de junio de 2024). Obtenido de AcademiaLab: https://academia-lab.com/enciclopedia/laboratorio-de-diseno-de-comportamiento-de-stanford/
Agencia EFE S.A. (3 de Octubre de 2023). La Universidad de Stanford pagará 1,9 millones por no informar de financiación extranjera. Berna, Berna-Mittelland, Suiza.
Anáhuac Red de Universidades. (24 de Abril de 2023). Obtenido de Anáhuac Red de Universidades: https://www.anahuac.mx/blog/adiccion-a-las-redes-sociales#:~:text=La%20adicci%C3%B3n%20a%20las%20redes%20sociales%20es%20un%20trastorno%20del,vida%20diaria%20de%20la%20persona.
BBC. (2 de diciembre de 2018). Cómo fue el famoso “experimento de la cárcel de Stanford” que tuvo que suspenderse por perversidad. Londres, Reino Unido de Gran Bretaña.
Bilinkis, S. (2019). Atrapados en la era digital. Guía para sobrevivir al presente. Avellaneda: Sudamericana.
Byung-Chul, H. (2022). Psicopolítica. Valentín Alsina: Herder.
Byung-Chul, H. (2023). La crisis de la narración. Valentín Alsina: Herder.
Fogg, B. J. (2024). BJFogg.com. Obtenido de BJFogg.com: https://www.bjfogg.com/about
Gawel, R. (3 de diciembre de 2011). Fred Terman: The Father Of Silicon Valley Raises An Industry. Nashville, Tennessee, EEUU.
Lockton, D., Harrison, D., & Stanton, N. (2008). Diseño con intención: Tecnología persuasiva en un contexto más amplio. (Springer, Ed.) Revisión anual del diseño de políticas, 1-10. Recuperado el 12 de 5 de 2024, de:
file:///C:/Users/BRB/Downloads/cpsr,+Design_with_Intent_Preprint+copy.pdf
Lockton, D., Harrison, D., & Stanton, N. (5 de 2010). El método de diseño con intención. (C. I. Factors, Ed.) Ergonomía Aplicada, 119, 382-392. Recuperado el 16 de 5 de 2024, de TU/e: https://research.tue.nl/en/publications/the-design-with-intent-method-a-design-tool-for-influencing-user-
Merlín, N. (2017). Colonización de la subjetividad. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Letra Viva.
Stanford University. (12 de junio de 2024). Universidad Stanford. Obtenido de Universidad Stanford: https://hstar.stanford.edu/programs/changelabs/
Universitat Oberta Catalunya. (16 de Noviembre de 2020). Tecnología persuasiva. Cómo las redes sociales están diseñadas para fomentar su uso. Barcelona, Cataluña, España. Obtenido de https://www.uoc.edu/es/news/2020/425-tecnologia-persuasiva
Winner, L. (1980). ¿Tienen política los artefactos? (M. Press, Ed.) Dédalo Revista de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias, 109(1), 121-136. Recuperado el 16 de 5 de 2024, de https://www.jstor.org/stable/20024652
Acerca del autor / Daniel Symcha
Periodista productor en Mestiza Radio (UNAJ)
Maestrando en Estrategia y Geopolítica (UNDEF); Maestrando en Inteligencia Estratégica (UNLP); Doctorando en Defensa Nacional (UNDEF); Diplomado en Comunicación en Seguridad y Defensa (UNDEF) Lic. En Artes Plásticas con orientación en Grabado y Arte Impreso (UNLP)