Lydia Helander nació en Buenos Aires en 1942 y actualmente reside en Florencio Varela. Es profesora en letras y poeta. Ha publicado la antología poética “Viales y naufragios” (2014) y “Digo sur” (2017).
“a Diana Bellessi”
Es primavera y florecen los ceibos.
Viajo en combi desde Varela
hasta Constitución,
voy a casa de Diana…
Hace un montón de años,
era yo quien la veía viajar
sobre un vagón de tren
de Zavalla a Rosario,
con sus ojos azules, el cabello
en desorden y una boinita roja.
Entonces sabía que hilvanaba versos,
pero no que alguna vez
daría su luz a mis palabras…
En plaza Constitución tomo el subte,
luego desciendo bajo el puente pacifico,
donde varias familias duermen en la vereda
al abrigo del viento.
Camino cuatro cuadras, el tramo es corto,
llego a Fritz Roy y me detengo
frente al supermercado
para leer la placa medio sucia
que colocaron vecinos de Palermo.
Escribieron allí: “Mirta y Oscar”,
los apellidos no se distinguen bien,
“vivieron en esta casa”.
También agrega la inscripción:
“desaparecieron en el setenta y seis”.
Vuelvo a fijar mi vista en los nombres
borroneados
debajo de esos árboles intensamente verdes,
que forman arcos y danzan entre los edificios.
Es extraño, pero a pocas cuadras
y en la misma época,
quedaba mi propia casa.
Siento un escalofrío entre el recuerdo
de aquella ciudad llena de duelos invisibles
y de ese barrio
en que nacieron mis hijos.
Aquí estuve por última vez
junto a los compañeros más queridos.
No hubo después para ellos,
ni tampoco una placa.
Barquito de papel, que alguien tira al agua,
debí escapar del horror hacia otros puertos
aferrada a mis niños como una brújula
en el mar.
Hoy son ellos quienes rescatan la memoria
de los cumpas
y salvan su nombre del olvido.