En la gestión de la internacionalización de nuestra Universidad la movilidad estudiantil ocupa un lugar de importancia. El paso de estudiantes extranjeros por nuestra biblioteca, aulas, pasillos, bares y jardines, construye una experiencia intercultural trascendente para todos los que la comparten. En estos encuentros entre pares se tienden sólidos puentes para las universidades implicadas y, a largo plazo, también para los países que representan. Ellos son los actores de una “diplomacia universitaria” de impensado alcance.
Las visitas estudiantiles promueven la “internacionalización en casa” y si bien los recursos para fomentar la movilidad estudiantil al extranjero son escasos no dejamos de exprimir la imaginación para lograr que nuestros estudiantes tengan esta experiencia. Imaginemos a un estudiante de enfermería de la UNAJ, curioso por conocer otras culturas, deseoso de aprender en un ambiente diferente y que en la universidad se entusiasmó al escuchar las historias de algún otro compañero que había vivido la experiencia de un intercambio académico. Probablemente la realidad de ese estudiante no le permite cumplir ese sueño, que debería ser un derecho para todos.
Un día, mientras aquel futuro enfermero tomaba apuntes en clase, una nueva compañera entró al aula. Era Lucía, una estudiante de intercambio del País Vasco. Su presencia no pasó desapercibida; su forma de vestir, su acento y la curiosidad con la que observaba todo a su alrededor, llamaron su atención. Con el tiempo, empezaron a trabajar juntos en algunos proyectos de clase. Al principio, aunque parecía no haber barreras en el idioma, las diferencias culturales los hicieron sentir un poco incómodos, pero pronto se dieron cuenta que tenían más en común de lo que pensaban. El estudiante de la UNAJ, quien nunca había viajado más allá de las provincias cercanas, comenzó a ver el mundo a través de los ojos de Lucía. Ella le contaba historias de su vida en el País Vasco, de sus costumbres, su familia, y de cómo se había adaptado a vivir en Argentina. Para ese estudiante, esas charlas representaban un viaje en sí mismo.
A través de sus ojos, exploró otro país, aprendió sobre su gastronomía, su música, y su historia. Lucía, a su vez, aprendió mucho de ese estudiante, sobre la vida en Argentina, sus tradiciones y las luchas cotidianas de los jóvenes.
El estudiante empezó a darse cuenta que, aunque no pudiera hacer un intercambio físico, su mundo se había expandido de manera inesperada. La experiencia le enseñó que la movilidad no siempre significa moverse de un lugar a otro; a veces, es suficiente abrirse a nuevas amistades y experiencias en el lugar en el que uno ya está.
La gestión de las relaciones internacionales se convierte en una brújula que orienta esta inquietud hacia programas de intercambio que permitirán estudiar en universidades de otros países, ya sea de manera física o virtual, pero también facilitando el acceso a esta clase de experiencias. No es lo mismo que un estudiante viaje a otros sitios, pero ellas igual sirven para ampliar su mirada. Estos programas enriquecen la formación académica y también brindan una experiencia de vida invaluable, permitiendo conocer las características de un país diferente, aprender un nuevo idioma o nuevas palabras, y sumergirse en una cultura distinta, sin haber salido de Florencio Varela, Berazategui o Quilmes.
Alrededor de 30 estudiantes internacionales llegan cada año, trayendo consigo sus historias, sus culturas y sus perspectivas, enriqueciendo así la diversidad y la pluralidad de nuestra universidad.
La experiencia de Lucía y su compañero de curso es también la historia de Jone, Adrián y Xavier e Izabella, jóvenes de País Vasco y de Brasil, respectivamente; que eligieron a la Argentina y a la UNAJ para estudiar durante un semestre del 2023 materias de la carrera de Enfermería.
Hemos recogido sus testimonios para presentar una ponencia que presentaremos en la Universidad de La Plata. Si los recibimos con una mano en el corazón y otra en la cabeza, lograremos emocionar y emocionarnos por lo que estamos construyendo. Al mismo tiempo podremos recordar lo que nos falta, lo que no estamos pudiendo o sabiendo resolver.
Siempre es bueno recordar que en los primeros años de vida de la UNAJ cuando comenzaban las tareas de internacionalización, la promoción de la movilidad de estudiantes extranjeros se veía como secundaria. Años después, las relaciones internacionales universitarias ocupan otro lugar. Por ejemplo; el proceso de acreditación de una carrera ante la CONEAU requiere de información precisa y confiable sobre movilidades estudiantiles y docentes realizadas.
Siempre es bueno recordar y reflexionar críticamente sobre lo construido. No todas son rosas. El recuerdo de una estudiante mexicana que vino llorando a la oficina de Internacionales por sentirse víctima de un acto de xenofobia en un aula es un ejemplo que siempre estará presente. Hoy, cuando los profesores preguntan por las expectativas de los chicos y las chicas que nos visitan desde el exterior nos damos cuenta que un largo camino se ha recorrido; un camino pavimentado sobre un gran número de corazones, likes y “me gusta” en las Redes Sociales.
Con los testimonios también se aprende lo que aún no hemos logrado. Por ejemplo, un ambiente amigable para que los estudiantes se hospeden en nuestro territorio. Quizá sean las luces de la ciudad de Buenos Aires que encandilan pero al mismo tiempo es comprobable la falta de ofertas de viviendas estudiantiles en nuestra zona de influencia. Vale aclarar que este desafío lo encontramos más con los estudiantes europeos que con los latinoamericanos que se han “amañado”1 muy bien a Florencio Varela, Quilmes y Berazategui. Es muy común en este rubro que los estudiantes internacionales se reúnan con otros en la misma condición y no tanto con sus pares anfitriones. De todas maneras es importante generar las bases para que el encuentro intercultural alcance tanto a los locales como a los visitantes.
Al mismo tiempo, aspectos de lo que comparten los estudiantes nos emocionan. El trato, el nivel académico, lo que genera nuestro país para quien viene de otra latitud, sigue siendo motivo de orgullo.
Explorando testimonios de los estudiantes internacionales que pasaron por las aulas de la UNAJ, particularmente en la Licenciatura en Enfermería descubrimos historias de aulas, turismo, amistades y amor. Encontramos detalles sobre sus experiencias cotidianas, como largos viajes en avión y colectivos, costumbres locales, sobre cómo saludamos con uno o dos besos, mates y bizcochos, asados y milanesas; nostalgias, Ubers, Cabifys, cambio de divisas al blue y grupos de WhatsApp. “Oímos” al leer palabras que nosotros usamos con otros significados o ni siquiera decimos (“coger”, “ser muy majos”). Sus anécdotas nos sumergen en aspectos de la vida universitaria, que resultan obvios sólo en apariencia, por ejemplo la particular forma que en nuestro medio toma la relación alumno profesor y la admiración por algunos docentes.
Los estudiantes de la UNAJ encuentran la manera de expandir sus horizontes sin alejarse de sus raíces, mientras que los estudiantes internacionales se dan cuenta de que su viaje no solo enriquece sus propias vidas, sino también las de quienes los reciben al otro lado del mundo. El verdadero intercambio cultural no se mide en kilómetros recorridos, sino en las conexiones que se forjan en cada aula. Entendiendo que el aprendizaje es un camino compartido, donde ambos lados crecen y se transforman.
1 Término muy utilizado en Colombia, sobre todo en Medellín, se dice de aquel que se ha adaptado a un nuevo ámbito.
Acerca de la autora y el autor
Gabriela Peloso
Licenciada en Comercio Internacional. Docente e investigadora (UNAJ). Experta en Movilidad Académica y Cooperación Internacional. Coordinadora de Movilidad Académica en la Dirección de Relaciones Internacionales (UNAJ). Investigadora en promoción de la cooperación internacional y vínculos globales. Amplia experiencia en gestión de programas de movilidad estudiantil y académica y visión estratégica para fortalecer la presencia global de la UNAJ.
Mariano Fernández Ameghino
Director de Relaciones Internacionales de la UNAJ. Magister en Ciencias Sociales. Especialista en Historia Social y Profesor de Ciencias de la Comunicación en la Enseñanza Media y Superior. Docente de “Sociología” en el Ciclo Básico Común (UBA), Profesor Titular en la Universidad Nacional Scalabrini Ortiz donde dicta la materia “Historia de los Medios”, Profesor Adjunto de la materia “Organizaciones de la Sociedad Civil y Movimientos Sociales” en la Universidad Nacional Arturo Jauretche.