Poéticas

POETAS CONURBANOS

Mis angelitos en el cielo

Por El Ángel Negro

Alejandro Marcelo Duarte, apodado “El Ángel Negro”, es un rapero del barrio El Cortijo, ubicado en el partido de Merlo, que viene apostando al rap local desde hace varias décadas. Comenzó con la música a los doce años, formó parte de Ferrocarril 12 y de la agrupación Alkaeda, y fue autor del disco “Domiciliario”. Actualmente desarrolla su carrera solista.

 

Cada mañana oro,

Cada mañana rezo,

Ángeles de mi cielo,

Mi tío que está preso,

Monchi se me fue,

como agua entre los dedos.

Un balazo en mi cuello,

la vida no es un juego.

 

Desde que te fuiste,

algo se apagó en mí, primo.

Estoy ready donde sea y 

de repente me deprimo.

No fui a tu velorio,

me mata la culpa.

¿Por qué lo hiciste? 

¡Odio esa pregunta!

Hipócritas en tu ataúd, te lloraron.

Pero estando con vida,

las puertas te cerraron.

Tu nombre difamaron, por tu espalda mal hablaron.

No quiero su puto pésame, menos que me den la mano.

Estando bien están todos, estando mal no hay nadie.

Únicamente nuestra loca, nuestra santa madre.

Dios por favor, perdona nuestros pecados,

somos residentes del dolor encadenado.

Rompen las cadenas, dando nombre,

nuevas vestiduras.

Cánticos de ángeles negros en las alturas.

Ya no tomo más alcohol, pero no soy santurrón.

Cada vez que puedo, en tu nombre un buen blond.

Cantando salsa, escuchando Héctor Lavoe.

Cantando salsa, escuchando Héctor Lavoe.

 

Quiero decirles a varios en la cara:

que actitud de mierda, que no vale nada,

escupen para arriba, y les cae en la mirada.

Se olvidan que Dios a todos nos mide, con la misma vara.

Éramos los adictos, los enfermos, delincuentes.

Dios me dice, olvida el diablo, explotalo en la frente.

Primo, quiero que te quedes tranquilo,

Mama ya no reniega, ya no me meto en líos.

Estoy puesto para lo mío, a los giles ni los miro,

cuando salgan, que sos ruchi,

estoy ready para los tiros

Dios basta de dolor,

la mochila muy cargada.

El corazón de un hombre no banca

tanta puñalada.

Estoy dolido, arrepentido, y sueño a la madrugada.

Tal vez, estarías conmigo,

si hubiera atendido tu llamada

si hubiera atendido tu llamada.

 

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