Notas

JAVIER CERCAS Y LA GUERRA CIVIL

Literatura y transición democrática

Por Yael N. Tejero Yosovitch

La obra de Javier Cercas y su mirada sobre la Guerra Civil Española nos introduce en una indagación sobre los procesos de transición democrática en España y Argentina; a las diferencias entre la de la Ley de Amnistía y la del proceso de Memoria, Verdad y Justicia

La literatura testimonial conoce casos notables en todo el mundo y especialmente en España, donde la Guerra Civil Española (1936-1939), el Franquismo (1939-1975) y la Transición democrática convocaron miradas divergentes sobre el pasado. Tras la muerte de Francisco Franco en 1975, se aprobó una Constitución que estableció la monarquía parlamentaria como forma de gobierno, la cual presentaba diferencias de orden jurídico-político con la organización de gobierno republicana que existía antes del golpe de Estado de 1936. La clausura judicial del pasado ocurrió en 1977 cuando se promulgó una Ley de Amnistía para los crímenes de intencionalidad política ocurridos entre 1936 y 1976, norma que impidió juzgar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. 

Con el cambio de siglo, se produjo el llamado “boom de la memoria”, que implicó la convergencia de escritores, artistas, historiadores y demás investigadores en problemáticas vinculadas con aquel pasado traumático. La imposibilidad de revisar la historia en el plano jurídico abrió una dimensión en la literatura y el arte. Es por eso que no faltaban ficciones ni obras testimoniales de la Guerra Civil Española cuando en 2001 sale al mercado la primera edición de Soldados de Salamina, de Javier Cercas, novela donde un personaje-narrador —llamado también Javier Cercas— se obsesiona con el episodio del fallido fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas (1894-1966), uno de los principales ideólogos de la Falange y funcionario de la dictadura franquista. El protagonista emprende una investigación y escribe la historia de Sánchez Mazas y del republicano desconocido que le salvó la vida hacia el final de la guerra. 

Mirador de la Memoria

El caso de la novela de Javier Cercas resulta paradigmático de un momento de fuerte vinculación entre la narrativa y la memoria. Su caso, sin embargo, no es el único ni el primero. Fueron muchos los escritores que a lo largo de los años publicaron novelas sobre la guerra y la dictadura: Luis Goytisolo, Carmen Martín Gaite, Antonio Muñoz Molina o Manuel Vázquez Montalbán son solo algunos ejemplos. Por tratarse de autores de otras generaciones, más próximas a los hechos traumáticos, sus textos presentan otro tipo de vínculos con el pasado. Pero no fue hasta el nuevo milenio que se produjo el boom memorialístico. Esto coincidió además con el inicio de los procesos de exhumación de las fosas comunes de las víctimas de la guerra y el franquismo. En ese contexto, Soldados de Salamina (2001) se convierte en un éxito de ventas. A partir de entonces, muchas obras han asumido la responsabilidad de revisar el pasado. El corazón helado (2007), de Almudena Grandes; El vano ayer (2004), de Isaac Rosa o Mala gente que camina (2006), de Benjamín Prado, son casos que ilustran el panorama. Ninguna de estas novelas pueden leerse al margen del escenario jurídico de España después de la Transición. 

La noción de “justicia transicional” es definida por Ruti G. Teitel como una concepción asociada a períodos de cambio político en los que las sociedades deben enfrentar crímenes cometidos por regímenes represivos anteriores. La justicia transicional abarca toda la variedad de procesos y mecanismos asociados a los intentos de la comunidad por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, con el objetivo de que los responsables rindan cuentas de sus actos y sirvan a la justicia. Estos mecanismos pueden ser judiciales o extrajudiciales, y tener distintos niveles de participación internacional: enjuiciamiento de personas, resarcimientos, búsqueda de la verdad, reformas institucionales, investigación de antecedentes, remoción de cargos, etc. Estas medidas son las que posibilitan la transición entre un régimen dictatorial a una democracia, o de una guerra hacia la paz, y permiten aclarar la identidad y el destino de víctimas y victimarios. Las sociedades han adoptado enfoques diversos para enfrentar las consecuencias de estos crímenes en el camino hacia un estado de derecho. El de España es un caso muy particular puesto que, después de la Amnistía de 1977, recién en 2007 se promulgó una nueva legislación, la “Ley de Memoria Histórica”, que dio lugar al reconocimiento y la ampliación de derechos y medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura. No obstante, la Ley de Amnistía continuó vigente. 

El Valle de los Caídos

Algunas de las novelas que hemos mencionado intentan revisar y cuestionar el pasado para poner énfasis en la impunidad que existe al día de hoy en torno al golpe de Estado, la Guerra Civil y la dictadura de casi cuatro décadas. En algunas se representa o se discute el tópico del enfrentamiento entre hermanos como mirada hegemónica acerca del pasado. En muchas está presente la pregunta por el carácter legítimo de la ley de Amnistía y de la Constitución de 1978 que impuso el modelo de monarquía parlamentaria. 

A diferencia del caso de Almudena Grandes o Benjamín Prado, quienes reivindican el pasado republicano y denuncian la violencia del franquismo y la falta de voluntad política para investigar los delitos ocurridos durante ese período, Cercas expuso una suerte de voluntad conciliatoria como camino hacia la democracia. Luego de la transposición cinematográfica de Soldados de Salamina (España, 2003), realizada por el escritor y director David Trueba, Cercas vuelve sobre el asunto en Anatomía de un instante (2009), una novela de no ficción sobre el golpe de Estado de 1981, ocurrido en el transcurso de una sesión parlamentaria para elegir al nuevo presidente de gobierno. En esta obra, Cercas defiende la tesis según la cual la Transición no implicó un pacto de olvido sino de recuerdo, en el que los vencidos renuncian a juzgar a los vencedores en pos de un proceso de cambio sin violencia. Sin embargo, muchos historiadores han discutido y refutado el carácter pacífico de la Transición española y en ese ámbito entran en contienda las tesis que expresa Cercas en sus textos. Sus novelas y misceláneas posteriores regresan sucesivamente estos temas. Por ejemplo, en El impostor (2014), discute las políticas de la memoria en torno al genocidio y postula la figura del historiador como juez; en El monarca de las sombras (2017), distingue las nociones de razón moral y de razón política para reivindicar la primera, de su tío abuelo Manuel Mena, soldado falangista caído en la Batalla del Ebro; en Terra Alta (2019), retoma la confusión entre venganza y justicia en relación a la violencia de la Guerra Civil. 

Valle de los caídos – Protesta por la exhumación del cuerpo de Franco

¿Cuál es el propósito de abordar esta obra literaria desde la Argentina? Existe un vínculo histórico evidente entre ambos países, que se refuerza con la llegada de exiliados republicanos después de la Guerra Civil o el exilio en España de los perseguidos políticos argentinos durante la última dictadura militar. El caso argentino conoce, principalmente, dos fases: la primera se desarrolló en 1983, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y consistió en la realización de procesos judiciales a los máximos líderes de las juntas militares responsables del golpe y la dictadura de 1976 a 1983. Si bien el juicio a las Juntas tuvo un alto impacto simbólico, las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987) garantizaron la impunidad contra los represores y responsables militares y civiles de menor rango. El hecho más grave de aquella fase fue el otorgamiento de indultos a los condenados por parte del entonces presidente Carlos Ménem entre 1989 y 1990. La segunda fase nació como fruto de la resistencia que la sociedad civil impulsó a lo largo de los años, y se consolidó con la declaración de nulidad de aquellas leyes e indultos entre 2001 y 2005. En esta nueva etapa, el reinicio de los juicios representó un caso emblemático en el ámbito jurídico, político y social. 

En virtud del principio de jurisdicción universal, un grupo de víctimas, letrados y organizaciones de la sociedad civil española decidieron llevar los crímenes del franquismo a tribunales argentinos, dando lugar al proceso conocido como la “querella argentina”. En un primer momento, y a pesar de los esfuerzos de estas organizaciones, la querella resultó inhibida por presiones diplomáticas, al igual que lo fueron los esfuerzos del juez Baltasar Garzón por investigar los delitos del franquismo como un genocidio. No obstante, estas iniciativas obtuvieron logros paulatinos. Se consiguió la apertura de muchas fosas comunes para que las familias de las víctimas pudieran identificar los cuerpos de sus parientes y algunos procesos judiciales continuaron. En efecto, la jueza argentina María Servini logró recientemente citar a declarar a Rodolfo Martín Villa, ex ministro de Relaciones Sindicales y de Gobernación de Franco, acusado de “delitos de homicidio agravado” en el contexto de crímenes de lesa humanidad. El documental “El silencio de otros” (España, 2018), de Almudena Carracedo y Robert Bahar, aborda este tema a través de una estética que combina el testimonio, el relato de la querella y las imágenes de monumentos y calles que aún llevan la impronta de la dictadura y revelan la violencia implicada en la “normalidad democrática”. 

El Mirador de la Memoria – Disparos a las esculturas

La literatura, que como hemos visto, es un ámbito de fuerte reflexión sobre la memoria, también es un ámbito de intervención social que dialoga con otros tipos de discursos performativos como la ley y las sentencias. Desde la literatura argentina, la experiencia de juicios por delitos de lesa humanidad dio lugar a otro tipo de apuestas literarias. Un caso central es la obra interactiva de Félix Bruzzone y Mónica Zweig “Cuarto intermedio. Guía para audiencias de lesa humanidad”, que reflexiona sobre la forma de representar escenas de juicios con testimonios duros. Existen otros ejemplos donde la escena de juicio y los archivos en torno al pasado se vuelven fundamentales. En El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia (2011), Patricio Pron indaga, a través de un conjunto de documentos, la desaparición de Alberto Burdisso en 2008, hermano de Alicia Burdisso, desaparecida en 1976. En Oración. Carta a Vicky Walsh y otras elegías políticas (2018), María Moreno reconstruye la vida de Victoria Walsh, hija del escritor Rodolfo Walsh, ambos víctimas fatales de las Fuerzas Armadas durante la dictadura. En estos casos, la historia de la transición argentina en términos penales constituye un horizonte de discursividad explícito o implícito, pero sin dudas presente.  

Las de España y Argentina son historias muy distintas, como lo son la mayoría de los procesos transicionales ocurridos en otros países. En cada caso hay problemáticas particulares que hacen difícil la comparación. No obstante, la literatura y el arte son ámbitos que trascienden los límites de cada disciplina y permiten establecer puentes para pensar nuestra mirada sobre el pasado reciente.

Acerca del autor / Yael N. Tejero Yosovitch

Licenciada en Letras (UBA), Especialista en Periodismo Cultural (UNLP) y becaria doctoral de CONICET. Desarrolla el proyecto “El estatuto de la ficción en la obra de Javier Cercas”, radicado en el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” de la UBA, donde cursa el doctorado en Literatura. Es profesora de Taller de Lectura y Escritura en UNAJ y miembro del equipo “Voces de la Memoria”: Testimonios de ocultamiento y destrucción de libros y otros objetos culturales durante la Argentina dictatorial (1976-1983).

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