Notas

Políticas de la memoria

Dictadura y gobierno local en Florencio Varela

Por Guillermo Daniel Ñáñez

El historiador y Director de Derechos Humanos del Municipio de Florencio Varela Guillermo Ñáñez, analiza la complicidad entre la dictadura y los gobiernos locales a partir del caso de Melba Campodónico en Florencio Varela.

Llama mucho la atención la interrelación que existe entre memoria, culpa y negación. El cómo algunos sectores sociales intentan negar el pasado e incluso, muchas veces, manipular la realidad para no asumir lo sucedido. Resulta claro que, respecto a la dictadura, existen distintos grados de participación y complicidad que ponemos en manos de la justicia. La condena moral sirve para que futuras generaciones sigan valorizando la democracia y sepan que no está bien quebrar el orden constitucional y participar activamente como funcionarios de una dictadura. Hay muchos varelenses que no saben al día de hoy el papel que jugaron los intendentes interventores en la provincia de Buenos Aires, pero en Florencio Varela el golpe comenzó el mismo 24 de marzo de 1976. La aclaración es importante dado que algunos sectores utilizan la negación como política para no hacerse cargo de la responsabilidad que les cabe.

El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas argentinas producen el último Golpe de Estado bajo el nombre fundacional de Proceso de Reorganización Nacional. El gobernador interventor militar de la provincia fue Adolfo Sigwald quien inmediatamente desplazó a Victorio Calabró del sillón de la casa de gobierno en La Plata. Pero el hombre fuerte era Ibérico Saint Jean, que bajo su brazo traía un documento cuyo pomposo título era “Un nuevo ciclo histórico argentino: Del Proceso de Reorganización Nacional a la Tercera República” cuyos autores intelectuales eran Alberto Rodríguez Varela, Jaime Smart y Jorge Aguado. Este núcleo duro tenía fuertes vinculaciones con dos protagonistas del genocidio en la Provincia de Buenos Aires, el general Ramón J. Camps y el comisario Miguel Osvaldo Etchecolatz. Dispuesto a cumplir con los lineamientos de dicho documento, un hombre se dirige a Florencio Varela: el teniente coronel del ejército, Raúl Guillermo Pascual Muñoz, quien ocupará el cargo de Intendente del partido.

teniente coronel Raúl Guillermo Pascual Muñoz

Raúl Guillermo Pascual Muñoz nació en Cosquín, Córdoba, el 5 de abril de 1931. Ingresó al Ejército Argentino el 1 de marzo de 1949, egresando el 1 de diciembre de 1952. Casado con Ercilia María Chiesa, tuvieron cinco hijos. Fue nombrado subteniente el 1º de diciembre de 1952. Su carrera militar lo llevó al grado de coronel el 31 de diciembre de 1979. Desde 1974, su destino fue el Regimiento 7 de La Plata. Cuando se produjo el golpe de estado que quiebra la democracia fue nombrado por Decreto Provincial 5/76 como intendente interventor en la municipalidad de Florencio Varela en el período que abarca desde el 25 de marzo al 13 de junio de 1976. Relacionado a sección política en CCD Departamento Central de Policía de Prov. de Bs. As., sus datos figuran en el Legajo de CONADEP 7169.

A partir del golpe de estado las células terroristas del gobierno de Isabel Martínez fueron desactivadas y reemplazadas por terroristas más sistemáticos, tal como denunció Rodolfo Walsh en su famosa Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar: “Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre “violencias de distintos signos” ni el árbitro justo entre “dos terrorismos”, sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte”.

En este contexto es que se produce un hecho protagonizado por el futuro interventor de Florencio Varela y muy bien descripto por Enrique Arrosagaray, ocurrido durante el ataque del ERP al Regimiento de Monte Chingolo: “La Compañía Comando ya había salido hacia Monte Chingolo. La B se quedó haciendo “refuerzo de guardia”. Yo pasé toda la noche en un techo. Pero un compañero mío, Jorge Omar del Río, soldado como yo y asistente del teniente coronel Muñoz, me contó al día siguiente que antes de que saliera la Comando, él ya había salido con Muñoz hacia Chingolo, los dos solos en un coche, a velocidad intolerable. Me contó además, que cuando estaban llegando debieron dejar el coche antes y avanzaron al trote –seguramente fueron por el Camino General Belgrano-. Recuerdo que Jorge me contó que al primer hombre al que Muñoz le vio facha de guerrillero lo agarró de los pelos y le pegó un tiro. Me contó Jorge que en ese instante él vomitó; no entendía por qué. Pero entendió también que no podía hacer nada. Hasta que entraron al Viejobueno y se sumaron a la defensa del mismo. Él me contó –y también los soldados de la Comando al otro día- que a los que estaban vivos –heridos o no- los llevaron a uno de los tantos galpones y los mataron a sangre fría”.

marcha por desaparecidos

Aunque el intendente varelense Juan Carlos Fonrouge presentó su renuncia, fue una práctica común de las intervenciones utilizar a los funcionarios de la gestión democrática en sus gobiernos de facto. El periódico El Varelense informó que: “El nuevo intendente habría solicitado la permanencia en sus cargos de los colaboradores de Fonrouge para acompañarlo en una gestión que se considera que será transitoria, pues sería factible que a la brevedad se designara a su reemplazante”.

En la comuna local, la mañana del 24 de Marzo comenzó con la llegada del intendente Juan Carlos Fonrouge portando su renuncia para facilitar la gestión del interventor militar teniente coronel Raúl Guillermo Pascual Muñoz. En este lapso se puede ver como muchos funcionarios participan activamente en las acciones planteadas por la dictadura y hacen la vista gorda a la persecución de empleados municipales. Mientras se producía un clima de aparente calma, el teniente coronel Raúl Guillermo Pascual Muñoz aplicó el Decreto-Ley Nº 8595/76 que le permitió cesantear y perseguir a empleados municipales por su militancia política. La persecución de Muñoz a los empleados municipales, Dr. Jacobo Tieffenberg, María A. Velázquez y Melba Campodónico de Sánchez salió publicada en el diario quilmeño, El Sol del 27 de abril de 1976.

Pero con quien más se encarnizó Muñoz fue con la enfermera Ramona Melba Campodónico de Sánchez a la que dio de baja por Decreto Nº 16/76. En momentos en que Muñoz revistaba en el Regimiento de Infantería Nº 7 de La Plata, Ramona Campodónico fue secuestrada. Era el 5 de abril de 1976. El primer día de detención lo pasó en la comisaría 1ª de Florencio Varela. Esa misma noche su hijo, que también había sido alojado en esa dependencia, salió en libertad. Al día siguiente, la mujer fue trasladada al Regimiento 7 de La Plata. “Un civil de Varela me sacó de la comisaría. Era un señor que robaba y trabajaba para la policía. Se presentó en las últimas elecciones como candidato a intendente”, dijo. Y agregó: “Me llevaron esposada y tapada en un auto”. En el caso de la enfermera Campodónico se puede percibir una persecución anterior por parte de Paulino Luanco (Ex-policía a cargo del hospital Boccuzzi), el 18 de diciembre de 1975 cuando por Decreto 741/75 se le realizó un “Traslado a Centros Periféricos”. Cuando la dictadura llegó a Varela de la mano de Muñoz, Melba fue despedida.

cartel sobre desaparecidos

En el entramado de su secuestro y detención se puede observar la relación entre el poder local municipal y la comisaría 1ª de Florencio Varela que participa efectivamente en el secuestro y desaparición, como se puede ver en el siguiente texto: “COMISARÍA DE FLORENCIO VARELA. 6 de abril de 1976. AL SEÑOR INTENDENTE MUNICIPAL INTERINO TENIENTE CORONEL DON RAÚL GUILLERMO P. MUÑOZ. FLORENCIO VARELA. OBJETO: Comunicar detención y secuestro. Llevo a su conocimiento que en horas de la noche del día de ayer se procedió a la detención de RAMONA MELBA CAMPODÓNICO DE SÁNCHEZ, de nacionalidad argentina, de 43 años de edad, estado civil casada, instruida, de profesión enfermera, desempeñándose actualmente en el Centro Periférico “Villa Aurora” dependiente de esa Comuna, domiciliada en la calle Lonardi entre Balcarce y Victorino Montes de esa localidad, donde se procedió al secuestro de gran cantidad de textos de literatura Comunista y un revólver calibre 22 corto marca Pasper N° 28.909 con una caja conteniendo 31 proyectiles del mismo calibre. Manifestó la detenida que el material incautado le pertenece y le fue vendido por una persona de nombre “José”, perteneciente al Partido Comunista del cual la detenida mencionó ser simpatizante, no habiendo participado en ninguna actividad de tipo subversivo. No registra antecedentes en la Sección Capturas y DIPBA de esta Policía siendo remitida en la fecha a disposición de la autoridad Militar del área 113. Saludo a Ud. muy atentamente. RICARDO DAVID RESIA. Comisario”.

Melba Campodónico fue trasladada al Regimiento 7 de donde venía Muñoz. Veinte días después fue escrachada públicamente en una nota de tapa del diario El Sol de Quilmes: “VARELA: El Intendente Interino Tte. Cnel. Raúl Muñoz Informó Sobre Cesantías Decretadas Hasta el Momento. Diario El Sol, martes 27 de abril de 1976. Nº 13.470. Año XLIX. Florencio Varela ©.–A través de un comunicado, el intendente municipal interino en este Partido teniente coronel Raúl. G. P. Muñoz, hizo conocer los alcances del plan de racionalización administrativa; que implica cesantías, conforme a la ley de prescindibilidad en vigor. El jefe de la Comuna –según el comunicado– “Considera oportuno informar a la opinión pública que de las 20 cesantías producidas hasta el momento en esta Comuna, solo tres de ellas fueron por aplicación de la ley 2595, artículo 1º, que reprime actividades disociadoras de los empleados de la Administración Pública y la que aquellos agentes, que, en forma abierta, encubierta o solapada preconicen o fomentes dichas actividades”. “Están comprendidos en este caso según constancias de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, los agentes municipales: Doctor Jacobo Tieffenberg, señora Melba Campodónico de Sánchez y señorita María A. Velázquez”. Existe un certificado, el n° 668, que está firmado por una autoridad militar cuyo nombre no es aclarado, del Área Operacional 113, que dice “que se deja constancia que RAMONA MELBA CAMPODONICO, [nº de documento], permaneció detenida a disposición de las autoridades militares del día 06 de abril hasta el día 11 de mayo a las 13:00 hs. de 1976, el causante ha sido dejado en libertad por no estar en curso en actividades ilegales”. Tiene un sello del Regimiento 07 de Infantería. Sin embargo, Melba no fue liberada sino que fue trasladada durante todo ese año a 1 y 60 en la ciudad de La Plata, un centro clandestino donde también mandaba Guillermo Raúl Pascual Muñoz. Durante la dictadura, el Regimiento de Infantería Nº 7 funcionó como Jefatura del Área Operacional 113, es decir, la cabeza de la represión ilegal en la región. Algunas de las víctimas fueron liberadas desde el centro clandestino con un certificado que daba cuenta de su detención ilegal en el lugar y que llevaba un sello con la leyenda “Autoridad Militar Área OP 113 RI7”. Años después, Muñoz fue procesado por 114 casos de privación ilegal de la libertad agravada, aplicación de tormentos y por dos hechos de abuso deshonesto.

Hoy Melba pasa sus días con sus nietos y bisnietos. Está jubilada porque en democracia fue reincorporada a su trabajo. En cambio Muñoz, pasa sus días en la prisión domiciliaria. Queda ver hasta qué punto existe la voluntad de investigar la participación ciudadana por acción u omisión en aquella dictadura que no debemos olvidar.

Acerca del autor/a / Guillermo Daniel Ñáñez

Guillermo Daniel Ñáñez
Profesor en Historia. Especialista Superior en Historia -UTN- 2007. Magíster en Derechos Humanos y Democratización para América Latina -UNSAM- 2012. Periodista. Investigador. Miembro de Historia a Debate. Integrante del Centro de Estudios “Felipe Varela” (N. Galasso). Profesor de la Universidad Nacional “Arturo Jauretche” -UNAJ-. Director de Derechos Humanos, Municipalidad de Florencio Varela.

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